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Fallece el obispo Samuel Ruiz

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Bovino adicto
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27 Oct 2008
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El obispo emérito Samuel Ruiz García falleció esta mañana debido a complicaciones cardiacas por las que era atendido desde hace dos semanas en el hospital Ángeles del Pedregal.
La noticia del fallecimiento fue confirmada por Pablo Romo, colaborador cercano del prelado.
El obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, había sido trasladado el pasado 12 de enero desde un hospital en el estado de Querétaro para su atención en la ciudad de México.
Ruiz García fungió como mediador en varios problemas latinoamericanos. En especial en el conflicto de Chiapas entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal.
fuente.

El obispo emérito Samuel Ruiz García falleció, de acuerdo con los reportes de los médicos que lo atendían y que habían reportado apenas unas horas antes su estado de salud en condiciones “muy graves”.
Según el parte médico, la enfermedad por hipertensión arterial sistémica y diabetes mellitus, de 10 años de evolución, ambas tratadas con medicamentos, habían dejado un daño obstructivo arterial por aterosclerosis significativo en varias partes.
Según el reporte médico, el prelado presentaba daño cerebral con “infarto reciente en territorio de arteria cerebral media izquierda con consecuencias importantes en la movilidad de su hemicuerpo derecho (hemiplejia derecha)”.
El parte médico mencionaba que Samuel Ruiz presentaba también enfermedad aortoliliaca y renales, además de enfermedad oclusiva de las arterias de los miembros inferiores, cardiopatía pulmonar crónica, diabetes mellitus tipo 2 e insuficiencia renal crónica estable.
El obispo emérito de San Cristóbal de las Casas fungió como mediador luego de las acciones armadas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas.
(Excélsior)
De don Samuel Ruíz, a quien conoció hace 50 años, cuando lo nombraron obispo de Chiapas, Franciso Gómez Maza dice: “Lo ví como el hombre más conservador y reaccionario que había visto en mi vida”. Pero, a medida que la realidad indígena transformó al pastor, cambió también la impresión del periodista y aumentó su aprecio. De ello da testimonio en su artículo de hoy: “Medio siglo de un obispo de los pobres”. Del que presentamos unos extractos y al final el enlace al texto completo:
Conocí a Don Samuel cerca del 25 de enero de 1960, era mi primer año de seminario en lo que quedó de la Universidad Pontificia de Chiapas… Esa fecha, el joven rector del seminario de León comenzó a ser el obispo de Chiapas, sucesor del obispo Torreblanca… Era un enero frío, muy frío, en Los Altos de Chiapas. Don Sam comenzó su trabajo pastoral, visitando el Seminario Conciliar de Chiapas. Para entonces ya era yo un rebelde, un jovencito que soñaba, que idealizaba a Marx, a Engels…”
“Don Samuel regresó de Roma totalmente cambiado. Convertido de obispo conservador a profeta del aggiornamento. El estado de cosas en la diócesis de San Cristóbal comenzó a cambiar. A la mayoría de los sacerdotes no les gustó en lo absoluto el cambio de mentalidad de su obispo y poco a poco fueron emigrando a otras diócesis conservadoras. Comenzó a quedarse solo. Y entonces comenzó a apoyarse en cuanta gente entendía su postura… Comenzó sus visitas pastorales a los pueblos y comunidades indias de Chiapas…”
“No se quedó conforme, comenzó a aprender el tzotzil, luego el tsel’tal, y luego el cho’l, y otras tantas lenguas mayenses que aún están vivas.“
“Samuel seguía, iba por esas veredas, por caminos intransitables en donde no tengo ni idea como podía entrar el jeep, o montado en una bestia, pero llegábamos a comunidades paupérrimas en donde sus habitantes no hablaban ni una jota de castilla… Del aquella imagen del cura conservador, reaccionario, no quedaba nada. Samuel, que iba a evangelizar a los indios, resultó ser el evangelizado, y de paso yo. … Se dejó querer y aumentó su amor por los indios, que fueron la razón de su vida personal y episcopal…”

fuente 2
 
Que en paz descanse un luchador incansable y un ejemplo para toda su religión.

Gracias tatik por todo lo que nos enseñaste a lo largo de tu vida.
 
Un gran gran hombre que se opuso a muchos, incluida algunas veces su propia institucion con tal de defender a la gente,mas como el le hacen falta a la Iglesia catolica.
 
Se fue alguien que demostró que otra iglesia es posible.
Las condolencias correspondientes.
 
Un ejemplo de lo que es ser un guia para su religión, siempre antepuso el bienestar de las comunidades indigenas antes que las de el descanse en paz de estos hombres hay ya muy pocos.
 
Me diran ignorante, mas asi lo es... Desconozco la historia del señor, algun dato al respecto relevante que comentar de su persona... ¿? Igual y vale la pena leer algo sobre el y ver como no todos son iguales...

Que descanse en paz el señor...

AlexAv.
 
Me diran ignorante, mas asi lo es... Desconozco la historia del señor, algun dato al respecto relevante que comentar de su persona... ¿? Igual y vale la pena leer algo sobre el y ver como no todos son iguales...

Que descanse en paz el señor...

AlexAv.

Adiós, Winik Oti

Se fue de este mundo de injusticias de igualdad como él quería, sin dar lata y sin ningún lamento, con la convicción que vivió la vida que quiso ayudando a los desposeídos, a los olvidados de Dios, a los que los de arriba jamás mira y si bajan su mirada, es para humillarlos; se fue a otros caminos para enmendar las injusticias, murió Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas y desde el 2001, residente de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Murió a causa de complicaciones médicas. Desde hace varios años padecía diabetes y problemas respiratorios que derivaron en una neumonía que lo mantuvo en terapia intensiva desde hace varios días. Estaba internado en el Hospital Ángeles del Pedregal.
Desde noviembre su salud decayó de tal manera, que incluso los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano oraron por su salud. Desde ese mes, ingresó varias veces al hospital.
Así, el obispo involucrado en la fe católica desde su pubertad, fundó una gran red de catequistas y diáconos permanentes que persiste hasta hoy con el trabajo de su sucesor, Felipe Arizmendi Esquivel.
El sacerdote que nació un 3 de noviembre de 1924, en la ciudad de Irapuato, Guanajuato, fue pieza clave en la lucha de los derechos de los pueblos indígenas de México y toda Latinoamérica. Fue figura controversial que muchos detestaban, otros toleraban y los más, lo respetaban, pero jamás pudieron cuestionar su integridad y la coherencia de su prédica con la práctica.
Desde su llegada a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, el 25 de enero de 1960, comenzó a trabajar por los indígenas, inspirado en la llamada opción por los pobres que en 1965 se concretó en el Concilio Vaticano II, impulsado por el papa Juan XXIII.
Explicando el por qué de su trabajo con los indígenas, contestó en una entrevista que "El que no asume la opción preferencial por el pobre, no pertenece a la Iglesia de Cristo".
Samuel Ruiz dividió los más de 36 mil kilómetros cuadrados que forman la diócesis en varias zonas para organizar su trabajo y una de las principales está establecida en la comunidad de Bachajón, municipio de Chillón, en la que se atiende a por lo menos 400 mil indígenas tzeltales.
A lo largo del enfrentamiento entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno federal, iniciado en 1994, Ruiz realizó una labor de mediación que resultaría fundamental y que le daría reconocimiento internacional.
Tras su labor como mediador en diversos conflictos latinoamericanos, recibió en el 2000 el Premio Simón Bolívar de la Unesco. En 2001 sería galardonado por con el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg, particularmente, por su labor por los derechos indígenas en Chiapas.
A Samuel también se le recordará como el presidente de la Conai, (Comisión Nacional de Intermediación), que logró establecer luego de una huelga de hambre que realizó en la Catedral de la Paz de ésta ciudad para exigir al gobierno federal de Ernesto Zedillo (1994-2000) aceptara su mediación con el EZLN.
El ahora fallecido sacerdote y símbolo del indigenismo mexicano en la segunda mitad del siglo 20, fue testigo de varios encuentros del gobierno federal con los alzados en San Andrés Larráinzar.
Asimismo, fue actor central en la disolución de la Conai luego de que los zapatistas decidieran ya no dialogar más con el gobierno federal.
En su lucha por la defensa de los derechos humanos de los indígenas, Jtatic fundó varias organizaciones no gubernamentales que a la fecha persisten, como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, Servicios por la Paz, Las Abejas de Chenalhó y varias más, que seguramente estarán en ésta ciudad para rendirle homenaje.
Su deceso de registra a unas horas de que se conmemorara un aniversario más de su ordenación episcopal que se realizó en la Catedral de la Paz el 25 de enero de 1959, cuando fue ungido por Monseñor Lucio Torreblanca.
Al cumplir 75 años, el 4 de noviembre de 1999, como lo ordenan los cánones, don Samuel presentó su renuncia como obispo diocesano al papa Juan Pablo II y de inmediato le fue aceptada y solamente se le permitió continuar unos meses más en la curia diocesana para que celebrara sus 40 años de ordenación episcopal con los fieles.
Eligió Querétaro como su lugar para pasar sus últimos años, se recuerda que cuando el sacerdote de la Iglesia de la Sagrada Familia, en Jardines de la Hacienda y bastión panista, anunció que oficiaría misa Samuel Ruiz, les recordó que “ya se que muchos no están de acuerdo con él, pero es ante todo, un hermano que lucho por todos nosotros y debemos respetarlo”; cuando oficiaba, sus misas eran muy concurridas.
En tiempos tan oscuros se van esos pocos hombres en posición de defender muchas de las causas más difíciles.
Adiós, Jtatic Samuel.
:eolo::eolo::eolo:
 
Irónico que maciel y él hayan creído en el mismo dios.

Descanse en paz, seguro que no se vuelve a encontrar a maciel :P
 
Descance en paz Don Samuel gigante de espíritu.
Nuestros hermanos indigenas lo evangelizaron y que como siempre sucede con los verdaderos pastores, son los pobres quienes muestran y tienen el verdadero camino.

Hasta pronto Don Samuel.
 
Descanse en Paz, unas (de las poqusimas) de las figuras de la religión en México que hizo algo por los derechos humanos de las personas cuando mas lo necesitaban.

Dios lo tenga en su gloria

Nos veremos por haya arriba pronto
 
Teología de la liberación. Este concepto lo escuché por primera vez en mi vida cuando los zapatistas se levantaron en armas, también escuché por primera vez el nombre de Samuel Ruiz. Pronto descubrí que dentro de la iglesia había una corriente que además de la liberación del hombre del pecado tambien quería una liberación del hombre de las injusticias sociales.

Don Samuel Ruiz, incansable trabajador por los más desamparados y desprotegidos. En verdad que sentí una tristeza al escuchar la noticia de su muerte.

¡Qué descanse en paz!
 
es lo que necesitan los curas homófobos: enfrentar la realidad de su decadente religión, ir a las comunidades en donde pasan por alto lo que es el concepto conservador y tergiversado de lo que es su religión porque hay necesidades más apremiantes
el difunto señor, seguramente se dio cuenta de eso y ese tal vez fue el motivo que lo convenció para ponerse de lado del necesitado que no le importa si exisitió cristo y si murió en la cruz por redimir sus pecados
enfrentar, ver y vivir la pobreza, la miseria y el dolor de ser considerado 'inservible' por un sistema económico atroz es lo que seguramente lo hizo darse cuenta de que su misión era proteger a los indígenas
si estoy utilizando un término de manera incorrecta, corríjanme por favor
 
Don Samuel Ruiz se ha ido pero deja un mensaje profundo de una iglesia distinta posible, al lado de los pobres, de los desvalidos, de los marginados... Su testimonio queda entre nosotros quienes no solo admiramos su modo de proceder,. Personas como Don Samuel no mueren, permanecen en el recuerdo y en los corazones de quienes recibieron su solidaridad y cariño.

Descanse en paz...
 
Ahora se quien es... Y si lo recuerdo, no de nombre o de imagen mas se quien fue el que abogo cuando empezo el movimiento del EZLN...

Triste situacion, se van los que no deben y los que estan hasta el tuetano de quemados por su actuar, nomas se niegan a pasar a tocar las arpas... Chale!

De nuevo que descanse el señor...
 
Compas:

Una perdida muy sentida....

vivimos momentos de grandes canallas en la Iglesia Catolica....

el Padre Samuel Ruiz un gran hombre con profundo sentido cristiano y ejemplo para todos los cristianos.

Descanse en Paz
 
Siete tesis erróneas sobre don Samuel

Jean Meyer
Letras Libres


Este mes, Samuel Ruiz dejará Chiapas después de 40 años de labor evangélica en la diócesis de San Cristóbal. El historiador Jean Meyer condensa las siete principales acusaciones que le han hecho al obispo, quien a partir del levantamiento del EZLN ocupa el centro de todas las miradas, para desmentirlas una a una y situarlo en el lugar que merece como un seguidor fiel de la doctrina social de la Iglesia.

TESIS N° 1
"Él y sólo él es responsable de todo, para bien y para mal". Hay que tomarlo al pie de la letra cuando dice: "Yo soy el producto de un proceso, analícenlo en vez de buscar a la persona". O bien: "Yo vine para evangelizar a los indios, pero terminé evangelizado por ellos". Y esto: "No me gustan las entrevistas sobre mi persona porque levantan una mentira, el espejismo de que soy el protagonista principal de esta historia".
En la diócesis, además del obispo, existen varios actores muy importantes, colectivos como individuales: la Compañía de Jesús, la orden de los dominicos, los maristas, los sacerdotes diocesanos, los laicos militantes; en total, más o menos, treinta religiosos, 32 sacerdotes diocesanos, doscientas religiosas, siete mil catequistas. Si don Samuel tiene ideas muy claras sobre la defensa del indígena como "pobre entre los pobres" y sobre la "nueva evangelización", ha permitido muchas líneas de experimentación; la misión jesuita de Bachajín ha seguido un camino muy diferente del tomado por la misión dominica de Ocosingo y los maristas han trazado su propia vía. En total, tenemos a un cuerpo eclesiástico muy activo y muy diferenciado, sin hablar de los laicos, tanto indígenas como no indígenas, quienes, si bien reverencian a su obispo, han demostrado su capacidad de actuar de manera autónoma.
Sin embargo, no se puede subestimar la influencia del obispo; siempre ha controlado su diócesis y escogido cuidadosamente a sus colaboradores. Muchos han sido seleccionados o preparados o atraídos por él, personalmente o por su renombre. Hubo también una selección negativa, como en 1975, cuando a la hora de la opción diocesana a favor de los pobres, dijo: "No obligo a nadie a quedarse, las puertas están abiertas para los que no están de acuerdo".

Tesis N° 2. "El obispo es el Comandante Sam, o sea el culpable de todo lo que ha pasado en Chiapas en los últimos años". Es cierto que don Samuel y la diócesis han sido acusados constantemente, adentro y afuera de la Iglesia Católica, de estar implicados en el levantamiento del EZLN. Varios miembros del gobierno siguen dando a entender que la guerra no se debe tanto al EZ cuanto al obispo y a sus sacerdotes. El presidente de la República, en su gira a Chiapas, en mayo de 1998, denunció la "pastoral de la división" y la "teología de la violencia".
Probablemente el presidente aludía a un texto que circuló, sin pie de imprenta, hacia 1997-1998, justificando la lucha armada con citas sacadas de la Biblia. Dicho documento provenía, posiblemente, de San Cristóbal, pero no de la diócesis. Se habla de una ONG pero esta historia está por escribirse. La investigadora María del Carmen Legorreta escribió un libro, de indispensable lectura (Religión, política y guerrilla en las Cañadas de la Selva Lacandona, Cal y Arena, México, 1999), cuyo solo título es una tesis. Enrique Krauze la retomó, en tono menor, al hablar de "Ejército Catequístico de Liberación Nacional" (Letras Libres, enero, 1999, "El profeta de los indios"). En su reciente libro (Chiapas, la guerra en el papel, Cal y Arena), Marco Levario machaca: Es el "obispo guanajuatense quien, insisto, también es responsable de la mística revolucionaria, de la justificación de la violencia que obraría la ilusión de no pocos indígenas" (p. 181) "Luego, como Poncio Pilatos...", etc. (p. 182)".
El nuncio apostólico, Justo Mullor, ha reiterado que "es falso que [...] Samuel Ruiz haya sido el creador de la guerra en Chiapas". Comentó (Universal, 13 de agosto de 1999) que después del levantamiento "el Estado y los zapatistas quisieron que don Samuel fuera intermediador, y le ha pasado lo que pasa a todo intermediador. Se ha puesto en medio, como en sándwich, y le han dado palos por una parte y por otra". Si don Samuel enfrentó la hostilidad activa del nuncio Prigione, gozó de la amistad del anterior nuncio Raimundi y del nuncio actual.
Independientemente de la efectiva prédica que se dio de la teología de la liberación, especialmente en el sector dominico y en el marista, se debe subrayar que le hemos prestado demasiada atención y otorgado demasiada influencia a la llamada teología de la liberación. Como escribió Yvon Grenier ("Los olvidados: insurgentes e insurgencias", Letras Libres, septiembre, 1999, p. 18), se le ha dado una importancia idealizada y exagerada tanto a la dizque espontánea participación rural en la insurgencia (en Centroamérica), como al supuesto papel de la Iglesia Católica en alentar aquélla.
Lo que se le puede reprochar al obispo es no haber hecho pública —a posteriori, en el instante hubiera sido contraproducente— su condena del recurso a la lucha armada, años antes del levantamiento de enero de 1994. Su mediación, en 1994, se justifica por su temor razonable a ver devastada la diócesis por una guerra de verdad. Se le puede reprochar, también, no haber publicitado lo que es un secreto a voces, a saber, que la diócesis está más que distanciada de Marcos, desde que aquél prohibió a su gente la participación electoral. Vale la pena notar que tampoco Marcos ha publicado esa distancia, fricción, ruptura de hecho. ¿Por qué? No tengo los elementos suficientes para contestar.

Tesis N° 3. "A consecuencia del descuido de su tarea realmente religiosa a favor de la política, don Samuel ha permitido el crecimiento impresionante del protestantismo en la diócesis". Ese crecimiento es anterior a la llegada de don Samuel, y no está limitado a la diócesis, ni a Chiapas; es un fenómeno nacional, continental y mundial. Además, la disputa sobre las cifras apenas está empezando y promete resultados muy interesantes.
Es una falacia comúnmente repetida creer que los "protestantes", "evangélicos", "pentecosteses" y los no cristianos, como los testigos de Jehová, mormones, etc., son católicos convertidos.
En muchos casos, el crecimiento de la ola "protestante" se da en zonas o en segmentos sociales de los cuales la Iglesia Católica se encontraba ausente, por una razón o por otra. De hecho, en la diócesis, la Iglesia estuvo casi ausente entre 1857 y 1950, con la breve excepción de los años 1902-1911. Cuando el predecesor de don Samuel, a fines de los cincuenta, utiliza la figura del catequista indígena y llama a los jesuitas, los protestantes le llevan más de treinta años de ventaja a la Iglesia y cuentan con el apoyo del Estado local y del federal. Así que, en ausencia de cifras fiables, se vale decir que se está dando un crecimiento paralelo de las diversas iglesias cristianas (y no cristianas) a expensas de un tradicionalismo más chamánico que cristiano.
Don Samuel no sólo no descuidó su misión religiosa, sino que marcó su diócesis en tal forma que cualquier intento, por parte de su sucesor, de poner fin a la autonomía participativa, tanto del clero como de los laicos, provocaría una verdadera sangría. Tal cambio religioso sería mucho más grave que una reorientación de tipo político.

Tesis N° 4. "Don Samuel es un marxista enmascarado". De ninguna manera. Es un católico tradicional y ortodoxo que, desde su primera carta pastoral —la anticomunista que convenció a Fernando Benítez, en 1962, de que don Samuel era un ultraderechista— hasta la última, nunca se ha alejado de la clásica doctrina social de la Iglesia, por más que haya seguido las fluctuaciones lingüísticas que fueron las de la Iglesia (Vaticano II, Medellín, Puebla, Santo Domingo). A él no le "interesa la teología de la liberación, sino la liberación". Si se le reprocha aquello, el reclamo vale para toda la Iglesia, desde Juan XIII y Pablo VI, hasta abajo.
Lo que se le puede reclamar es haber optado por la corriente mayoritaria de la antropología, la "antropología cultural", a raíz de la Declaración de Barbados. "Quiero decir que una labor antropológica es la primera acción misionera. Conocer a fondo una cultura para descubrir sus valores, y esto por motivos no antropológicos sino teológicos, porque yo tengo que saber qué es lo que Dios ha hecho allí. Él es el primer misionero" (Pasión y resurrección del indio, 1972). Así se llegó al axioma de la pastoral: la dualidad opresión-libertad y la propuesta de un propio ser cultural, culminando con la iglesia autóctona. Uno puede disentir; es mi caso. Pero es un tema para discutir, nada más.
Por falta de espacio, me limito a decir que la diócesis ha retomado, con ese nuevo ropaje antropológico, el viejo mito (siglo XVI) de la comunidad indígena como comunidad cristiana ideal, siempre y cuando se pueda mantener aislada del mundo malo de los españoles y de los mestizos. Las misiones, las "reducciones", fueron hasta el siglo XVIII la encarnación de dicho proyecto.

Tesis N° 5. "Don Samuel es, como todos los clérigos, de todos los tiempos, un político sediento de poder". Dejemos a un lado la vieja carga anticlerical del argumento. La sociedad que encontró don Samuel, en cierta región chiapaneca, se parecía más a la Borgoña del siglo X estudiada por Georges Duby que a una sociedad democrática posindustrial. En dichas sociedades del Occidente medieval la Iglesia tuvo un papel decisivo en todas las actividades socioeconómicas, educativas, políticas y... militares. Le tocó precisamente, en ese tiempo, inventar e imponer, mediante sanciones espirituales, la paz, la tregua de Dios, las instituciones de paz. ¿Clericalismo? Ciertamente. En ese sentido, la actividad de don Samuel, y de muchos obispos, en México y en otras partes del mundo, es un caso típico de clericalismo. Justificado. ¿Por qué? Porque la Iglesia sustituye a un Estado desertor o ausente, ejerce la función de tribunus plebis, de defensor de los pobres, de procurador de los indios. Uso adrede términos que corresponden a sociedades arcaicas. En los principios de la Conai, don Samuel intentó repetir la hazaña de los obispos de la alta Edad Media que buscaban la "Concordia", la "tregua de Dios".

Tesis N° 6. "Don Samuel ha sido un factor de retroceso para Chiapas, empezando por sus dizque queridos pobres entre los pobres". No, don Samuel ha sido un agente de modernización acelerada adentro del mundo indígena, incluso contra su propia voluntad. Daré la palabra a sus críticos. María del Carmen Legorreta escribe: "Se puede afirmar que después de la colonización de la selva, el factor más decisivo en el desarrollo de los pueblos indígenas y campesinos de las Cañadas, [...] fue la influencia ideológico-política de los agentes de pastoral de la diócesis [...]. Es cuando su presencia resultó más favorable al desarrollo de las comunidades" (op. cit., pp. 60-61). Y también: "El papel de la diócesis [...] representó un aporte fundamental a favor de las tendencias de modernización en el estado de Chiapas, dada su función de contrapeso al discurso racista y a la división estructural de la sociedad chiapaneca sustentada en gran parte en la etnicidad" (Idem, p. 21).
Eso, la promoción de la mujer y del niño, la toma de conciencia de los actores sociales y la "revolución de las expectativas crecientes", se debe atribuir al obispo y a sus colaboradores. Uno puede disentir, como yo, de la idealización (clásica y periódica en la Iglesia Católica desde la llegada de los franciscanos a México en el siglo xvi) de una "comunidad indígena" soñada, pero eso es otro problema.

Tesis N° 7. "Don Samuel, si no llega a hereje, no es ortodoxo". Falso, tres veces falso. Don Samuel es, para bien y para mal, católico, apostólico y romano, tan romano que Roma, contra el nuncio Prigione, y a través del cardenal Echegaray, en aquel entonces secretario de Estado en el Vaticano, defendió, lanza en ristre, a su obispo.
Católico significa universal, ergo misionero: la Iglesia debe ir y predicar a todas las naciones. Por eso busca todas las formas de interacción con las sociedades locales, por eso varía en el espacio y en el tiempo. Así ocurre con don Samuel.
Sin embargo, la "Iglesia Autóctona", interpretada de manera estrecha, corre ciertamente el riesgo de dejar de ser universal, en la medida en que "católico" significa "universal". "Griego con los griegos" ("indio con los indios"), dice don Samuel. A lo cual hay que añadir, "y romano con los romanos, ladino con los ladinos, mestizo con los mestizos", etcétera.
Apostólico significa fidelidad a los elementos básicos de fe y práctica definidos en tiempo de los apóstoles. Por eso Roma valora la continuidad y le teme a la innovación, en especial a la innovación religiosa. Por eso los discursos de don Samuel sobre la Iglesia Autóctona provocan reacciones encontradas, y la consecuente rectificación del interesado. Pero don Samuel está en la línea recta de esa Iglesia bimilenaria cuando pretende contestar a los desafíos del mundo, de la pluralidad de culturas, de la necesaria transformación de este mundo. La Iglesia Católica nunca intentó, contra lo que muchos creen de buena fe, congelar su enseñanza religiosa en forma de un fundamentalismo testarudo. Su continuismo ha sido siempre evolutivo, perdonando la paradoja. Don Samuel es un obispo muy clásico, muy romano, como lo fueron Helder Camara en Brasil y monseñor Romero en El Salvador, arraigado en la tradición y flexible en la acción. El catolicismo, como comunidad y como institución, aloja personas libres e inventivas capaces de reaccionar de manera complicada a situaciones complicadas.
Al refutar los siete cargos levantados contra el obispo de San Cristóbal no hago su apología, pretendo hacer posible un balance tranquilamente crítico de su episcopado. -— CIDE, 2 de octubre, 1999



http://www.letraslibres.com/index.php?art=6130

:eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::mota:
 
Jean Meyer
Letras Libres


Este mes, Samuel Ruiz dejará Chiapas después de 40 años de labor evangélica en la diócesis de San Cristóbal. El historiador Jean Meyer condensa las siete principales acusaciones que le han hecho al obispo, quien a partir del levantamiento del EZLN ocupa el centro de todas las miradas, para desmentirlas una a una y situarlo en el lugar que merece como un seguidor fiel de la doctrina social de la Iglesia.

TESIS N° 1
"Él y sólo él es responsable de todo, para bien y para mal". Hay que tomarlo al pie de la letra cuando dice: "Yo soy el producto de un proceso, analícenlo en vez de buscar a la persona". O bien: "Yo vine para evangelizar a los indios, pero terminé evangelizado por ellos". Y esto: "No me gustan las entrevistas sobre mi persona porque levantan una mentira, el espejismo de que soy el protagonista principal de esta historia".
En la diócesis, además del obispo, existen varios actores muy importantes, colectivos como individuales: la Compañía de Jesús, la orden de los dominicos, los maristas, los sacerdotes diocesanos, los laicos militantes; en total, más o menos, treinta religiosos, 32 sacerdotes diocesanos, doscientas religiosas, siete mil catequistas. Si don Samuel tiene ideas muy claras sobre la defensa del indígena como "pobre entre los pobres" y sobre la "nueva evangelización", ha permitido muchas líneas de experimentación; la misión jesuita de Bachajín ha seguido un camino muy diferente del tomado por la misión dominica de Ocosingo y los maristas han trazado su propia vía. En total, tenemos a un cuerpo eclesiástico muy activo y muy diferenciado, sin hablar de los laicos, tanto indígenas como no indígenas, quienes, si bien reverencian a su obispo, han demostrado su capacidad de actuar de manera autónoma.
Sin embargo, no se puede subestimar la influencia del obispo; siempre ha controlado su diócesis y escogido cuidadosamente a sus colaboradores. Muchos han sido seleccionados o preparados o atraídos por él, personalmente o por su renombre. Hubo también una selección negativa, como en 1975, cuando a la hora de la opción diocesana a favor de los pobres, dijo: "No obligo a nadie a quedarse, las puertas están abiertas para los que no están de acuerdo".

Tesis N° 2. "El obispo es el Comandante Sam, o sea el culpable de todo lo que ha pasado en Chiapas en los últimos años". Es cierto que don Samuel y la diócesis han sido acusados constantemente, adentro y afuera de la Iglesia Católica, de estar implicados en el levantamiento del EZLN. Varios miembros del gobierno siguen dando a entender que la guerra no se debe tanto al EZ cuanto al obispo y a sus sacerdotes. El presidente de la República, en su gira a Chiapas, en mayo de 1998, denunció la "pastoral de la división" y la "teología de la violencia".
Probablemente el presidente aludía a un texto que circuló, sin pie de imprenta, hacia 1997-1998, justificando la lucha armada con citas sacadas de la Biblia. Dicho documento provenía, posiblemente, de San Cristóbal, pero no de la diócesis. Se habla de una ONG pero esta historia está por escribirse. La investigadora María del Carmen Legorreta escribió un libro, de indispensable lectura (Religión, política y guerrilla en las Cañadas de la Selva Lacandona, Cal y Arena, México, 1999), cuyo solo título es una tesis. Enrique Krauze la retomó, en tono menor, al hablar de "Ejército Catequístico de Liberación Nacional" (Letras Libres, enero, 1999, "El profeta de los indios"). En su reciente libro (Chiapas, la guerra en el papel, Cal y Arena), Marco Levario machaca: Es el "obispo guanajuatense quien, insisto, también es responsable de la mística revolucionaria, de la justificación de la violencia que obraría la ilusión de no pocos indígenas" (p. 181) "Luego, como Poncio Pilatos...", etc. (p. 182)".
El nuncio apostólico, Justo Mullor, ha reiterado que "es falso que [...] Samuel Ruiz haya sido el creador de la guerra en Chiapas". Comentó (Universal, 13 de agosto de 1999) que después del levantamiento "el Estado y los zapatistas quisieron que don Samuel fuera intermediador, y le ha pasado lo que pasa a todo intermediador. Se ha puesto en medio, como en sándwich, y le han dado palos por una parte y por otra". Si don Samuel enfrentó la hostilidad activa del nuncio Prigione, gozó de la amistad del anterior nuncio Raimundi y del nuncio actual.
Independientemente de la efectiva prédica que se dio de la teología de la liberación, especialmente en el sector dominico y en el marista, se debe subrayar que le hemos prestado demasiada atención y otorgado demasiada influencia a la llamada teología de la liberación. Como escribió Yvon Grenier ("Los olvidados: insurgentes e insurgencias", Letras Libres, septiembre, 1999, p. 18), se le ha dado una importancia idealizada y exagerada tanto a la dizque espontánea participación rural en la insurgencia (en Centroamérica), como al supuesto papel de la Iglesia Católica en alentar aquélla.
Lo que se le puede reprochar al obispo es no haber hecho pública —a posteriori, en el instante hubiera sido contraproducente— su condena del recurso a la lucha armada, años antes del levantamiento de enero de 1994. Su mediación, en 1994, se justifica por su temor razonable a ver devastada la diócesis por una guerra de verdad. Se le puede reprochar, también, no haber publicitado lo que es un secreto a voces, a saber, que la diócesis está más que distanciada de Marcos, desde que aquél prohibió a su gente la participación electoral. Vale la pena notar que tampoco Marcos ha publicado esa distancia, fricción, ruptura de hecho. ¿Por qué? No tengo los elementos suficientes para contestar.

Tesis N° 3. "A consecuencia del descuido de su tarea realmente religiosa a favor de la política, don Samuel ha permitido el crecimiento impresionante del protestantismo en la diócesis". Ese crecimiento es anterior a la llegada de don Samuel, y no está limitado a la diócesis, ni a Chiapas; es un fenómeno nacional, continental y mundial. Además, la disputa sobre las cifras apenas está empezando y promete resultados muy interesantes.
Es una falacia comúnmente repetida creer que los "protestantes", "evangélicos", "pentecosteses" y los no cristianos, como los testigos de Jehová, mormones, etc., son católicos convertidos.
En muchos casos, el crecimiento de la ola "protestante" se da en zonas o en segmentos sociales de los cuales la Iglesia Católica se encontraba ausente, por una razón o por otra. De hecho, en la diócesis, la Iglesia estuvo casi ausente entre 1857 y 1950, con la breve excepción de los años 1902-1911. Cuando el predecesor de don Samuel, a fines de los cincuenta, utiliza la figura del catequista indígena y llama a los jesuitas, los protestantes le llevan más de treinta años de ventaja a la Iglesia y cuentan con el apoyo del Estado local y del federal. Así que, en ausencia de cifras fiables, se vale decir que se está dando un crecimiento paralelo de las diversas iglesias cristianas (y no cristianas) a expensas de un tradicionalismo más chamánico que cristiano.
Don Samuel no sólo no descuidó su misión religiosa, sino que marcó su diócesis en tal forma que cualquier intento, por parte de su sucesor, de poner fin a la autonomía participativa, tanto del clero como de los laicos, provocaría una verdadera sangría. Tal cambio religioso sería mucho más grave que una reorientación de tipo político.

Tesis N° 4. "Don Samuel es un marxista enmascarado". De ninguna manera. Es un católico tradicional y ortodoxo que, desde su primera carta pastoral —la anticomunista que convenció a Fernando Benítez, en 1962, de que don Samuel era un ultraderechista— hasta la última, nunca se ha alejado de la clásica doctrina social de la Iglesia, por más que haya seguido las fluctuaciones lingüísticas que fueron las de la Iglesia (Vaticano II, Medellín, Puebla, Santo Domingo). A él no le "interesa la teología de la liberación, sino la liberación". Si se le reprocha aquello, el reclamo vale para toda la Iglesia, desde Juan XIII y Pablo VI, hasta abajo.
Lo que se le puede reclamar es haber optado por la corriente mayoritaria de la antropología, la "antropología cultural", a raíz de la Declaración de Barbados. "Quiero decir que una labor antropológica es la primera acción misionera. Conocer a fondo una cultura para descubrir sus valores, y esto por motivos no antropológicos sino teológicos, porque yo tengo que saber qué es lo que Dios ha hecho allí. Él es el primer misionero" (Pasión y resurrección del indio, 1972). Así se llegó al axioma de la pastoral: la dualidad opresión-libertad y la propuesta de un propio ser cultural, culminando con la iglesia autóctona. Uno puede disentir; es mi caso. Pero es un tema para discutir, nada más.
Por falta de espacio, me limito a decir que la diócesis ha retomado, con ese nuevo ropaje antropológico, el viejo mito (siglo XVI) de la comunidad indígena como comunidad cristiana ideal, siempre y cuando se pueda mantener aislada del mundo malo de los españoles y de los mestizos. Las misiones, las "reducciones", fueron hasta el siglo XVIII la encarnación de dicho proyecto.

Tesis N° 5. "Don Samuel es, como todos los clérigos, de todos los tiempos, un político sediento de poder". Dejemos a un lado la vieja carga anticlerical del argumento. La sociedad que encontró don Samuel, en cierta región chiapaneca, se parecía más a la Borgoña del siglo X estudiada por Georges Duby que a una sociedad democrática posindustrial. En dichas sociedades del Occidente medieval la Iglesia tuvo un papel decisivo en todas las actividades socioeconómicas, educativas, políticas y... militares. Le tocó precisamente, en ese tiempo, inventar e imponer, mediante sanciones espirituales, la paz, la tregua de Dios, las instituciones de paz. ¿Clericalismo? Ciertamente. En ese sentido, la actividad de don Samuel, y de muchos obispos, en México y en otras partes del mundo, es un caso típico de clericalismo. Justificado. ¿Por qué? Porque la Iglesia sustituye a un Estado desertor o ausente, ejerce la función de tribunus plebis, de defensor de los pobres, de procurador de los indios. Uso adrede términos que corresponden a sociedades arcaicas. En los principios de la Conai, don Samuel intentó repetir la hazaña de los obispos de la alta Edad Media que buscaban la "Concordia", la "tregua de Dios".

Tesis N° 6. "Don Samuel ha sido un factor de retroceso para Chiapas, empezando por sus dizque queridos pobres entre los pobres". No, don Samuel ha sido un agente de modernización acelerada adentro del mundo indígena, incluso contra su propia voluntad. Daré la palabra a sus críticos. María del Carmen Legorreta escribe: "Se puede afirmar que después de la colonización de la selva, el factor más decisivo en el desarrollo de los pueblos indígenas y campesinos de las Cañadas, [...] fue la influencia ideológico-política de los agentes de pastoral de la diócesis [...]. Es cuando su presencia resultó más favorable al desarrollo de las comunidades" (op. cit., pp. 60-61). Y también: "El papel de la diócesis [...] representó un aporte fundamental a favor de las tendencias de modernización en el estado de Chiapas, dada su función de contrapeso al discurso racista y a la división estructural de la sociedad chiapaneca sustentada en gran parte en la etnicidad" (Idem, p. 21).
Eso, la promoción de la mujer y del niño, la toma de conciencia de los actores sociales y la "revolución de las expectativas crecientes", se debe atribuir al obispo y a sus colaboradores. Uno puede disentir, como yo, de la idealización (clásica y periódica en la Iglesia Católica desde la llegada de los franciscanos a México en el siglo xvi) de una "comunidad indígena" soñada, pero eso es otro problema.

Tesis N° 7. "Don Samuel, si no llega a hereje, no es ortodoxo". Falso, tres veces falso. Don Samuel es, para bien y para mal, católico, apostólico y romano, tan romano que Roma, contra el nuncio Prigione, y a través del cardenal Echegaray, en aquel entonces secretario de Estado en el Vaticano, defendió, lanza en ristre, a su obispo.
Católico significa universal, ergo misionero: la Iglesia debe ir y predicar a todas las naciones. Por eso busca todas las formas de interacción con las sociedades locales, por eso varía en el espacio y en el tiempo. Así ocurre con don Samuel.
Sin embargo, la "Iglesia Autóctona", interpretada de manera estrecha, corre ciertamente el riesgo de dejar de ser universal, en la medida en que "católico" significa "universal". "Griego con los griegos" ("indio con los indios"), dice don Samuel. A lo cual hay que añadir, "y romano con los romanos, ladino con los ladinos, mestizo con los mestizos", etcétera.
Apostólico significa fidelidad a los elementos básicos de fe y práctica definidos en tiempo de los apóstoles. Por eso Roma valora la continuidad y le teme a la innovación, en especial a la innovación religiosa. Por eso los discursos de don Samuel sobre la Iglesia Autóctona provocan reacciones encontradas, y la consecuente rectificación del interesado. Pero don Samuel está en la línea recta de esa Iglesia bimilenaria cuando pretende contestar a los desafíos del mundo, de la pluralidad de culturas, de la necesaria transformación de este mundo. La Iglesia Católica nunca intentó, contra lo que muchos creen de buena fe, congelar su enseñanza religiosa en forma de un fundamentalismo testarudo. Su continuismo ha sido siempre evolutivo, perdonando la paradoja. Don Samuel es un obispo muy clásico, muy romano, como lo fueron Helder Camara en Brasil y monseñor Romero en El Salvador, arraigado en la tradición y flexible en la acción. El catolicismo, como comunidad y como institución, aloja personas libres e inventivas capaces de reaccionar de manera complicada a situaciones complicadas.
Al refutar los siete cargos levantados contra el obispo de San Cristóbal no hago su apología, pretendo hacer posible un balance tranquilamente crítico de su episcopado. -— CIDE, 2 de octubre, 1999



http://www.letraslibres.com/index.php?art=6130

:eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::eolo::mota:

Uno de los opositores a su trabajo fue el padre italiano Flaviano Amatulli, el mismo que combate sectas en nuestro pàís, se tienen informes de un conflicto que tuvo o tiene con el obispo de saltillo Raúl Vera y con Samuel Ruiz.

Chiapas: los apóstoles y las tropas

Los laicos católicos que ayudan a los ejércitos están organizados en el Apostolado Militar Internacional, presidido por Jürgen Bringmann, cuyo emblema son tres espadas cruzadas formando una estrella.
Esa organización fue fundada en 1965, en Santiago de Compostela, España, en plena época del franquismo, por iniciativa de los militares católicos de diez países. Está reconocida por la Santa Sede como organización internacional católica, el AMI es miembro de la Conferencia de las OIC.
El AMI, que tiene sede en Bonn, Alemania, tiene como fin “promover la afirmación de una visión cristiana de la vida militar y de los valores que la caracterizan; favorecer la comprensión y la cooperación internacional, como aportación a la construcción de la paz en el mundo; afrontar, a la luz del Evangelio y de las enseñanzas de la Iglesia, cuestiones de orden espiritual, ético, moral y social característicos de la vida militar”.
Para ello, organiza encuentros y manifestaciones internacionales, como congresos y peregrinaciones; favoreciendo un intercambio constante de ideas y de experiencias entre las asociaciones miembro; manteniendo relaciones de colaboración con instituciones que trabajan para la búsqueda de la paz.
Actualmente está presente en 29 países distribuidos del siguiente modo: 4 de Africa, 3 de Asia, 12 de Europa, 3 de Norteamérica y 7 de Sudamérica.
A partir de la primera guerra mundial, como señala el mayor James Moos, de la Reserva de la Fuerza Aérea Estadounidense, y pastor en la Iglesia Unida de Cristo en Bismark, Dakota del Norte, el general John J. Pershing, comandante Supremo de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses, reconoció las “contribuciones transcendentales que podían hacer los capellanes, y se lograron grandes avances en la organización e institucionalización de la capellanía militar”, aumentándose significativamente el número de capellanes que servían a las tropas, pues en ellos se veía un arma espiritual al servicio de la guerra. (ww.airpower.au.af.mil/apjinternational/apj-s/2trimes99/moos.htm).
Dado que no había suficientes capellanes, sobre todo en cuerpos como la aviación, se recurrió a organizaciones como la YMCA, los Caballeros de Colón, la Cruz Roja Norteamericana y el Ejército de Salvación, para proporcionar los servicios religiosos.
Pero hay otros grupos, más agresivos, a los que se acusa de actuar en colaboración con el Ejército, en la represión de movimientos sociales. Uno de ellos es Apóstoles de la Palabra, fundado el 2 de julio de 1978 por el sacerdote italiano Flaviano Amatulli Valente, quien llegó a México en enero de 1968.
Durante siete años fue director de la revista Esquila Misional y durante cinco años trabajó con los indígenas chinantecos, en Oaxaca, pero su principal interés ha sido combatir la influencia de las “sectas” como considera a las iglesias no católicas.
En 1986, los Obispos de México lo pusieron al frente del Departamento de la Fe frente al proselitismo Sectario (Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe).
El 22 de febrero de 1999, el obispo coadjutor de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Raúl Vera, denunció públicamente a la Asociación denominada "Apóstoles de la Palabra", de Amatulli.
“Las personas que propagan su modo de pensar aquí, son personas que han acudido a cursos que han impartido él o sus colaboradores en otros lugares de la República, a donde dichas personas han tenido que ir por razones de trabajo. Al regresar a la Diócesis han comenzado ha conducir un cierto liderazgo que, por estar al margen de las estructuras parroquiales y diocesanas, ha concluído por dividir a la gente y los ha llevado a una abierta confrontación con los agentes de pastoral y con quienes colaboran con ellos en las parroquias”.
“… el problema de las personas que extradiocesanamente se han formado en sus escuelas, como ya dije, es que adquieren una visión de la vida cristiana fuera de la realidad, tienen una comprensión sumamente reducida de su fe, y la parcializan a tal punto, que sólo se capacitan para atacar a los que ellos consideran enemigos, que serán los que no coinciden con sus percepciones. Normalmente estos enemigos se encuentran entre los "protestantes", pero cuando en la misma Iglesia Católica se topan con personas que no coinciden con sus puntos de vista, se encierran en sí mismos y crean una iglesia aparte, para no contaminarse, como lo están haciendo abiertamente aquí”.
“Su posición los ha llevado a colaborar con el Ejército Mexicano, disfrázandose de soldados para ir señalando las casas de los que ellos consideran "enemigos", por razones religiosas y políticas, a quienes consideran merecedores de los peores maltratos de parte de esa institución, incluyendo cárceles, porque en su mente, esos pobres desdichados son enemigos de la religión y de la nación”.
“Todo esto dentro de la dinámica militar con la que han decidido solucionar un conflicto provocado por el hambre, la miseria y el sojuzgamiento de un pueblo, que son las mejores semillas desde donde germina la violencia (Juan Pablo II. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1999)”.
De acuerdo con Vera, las actitudes de Amatulli “…le sirven a los terratenientes y al Gobierno Federal o Estatal para continuar matando catequistas y cometer, el día menos pensado, los asesinatos de Don Samuel, mío o de cualquiera de nosotros. En efecto, se ha venido impulsado un clima de linchamiento contra nosotros con este tipo de acciones desde dentro de la misma Iglesia…” (Flaviano Amatulli Chiapas. Sectas y evangelización, Apóstoles de la Palabra, México, 2000, pp. 31-38)
fuente


Una respuesta del P. Flaviano Amatulli Valente a las
«SIETE TESIS ERRÓNEAS SOBRE DON SAMUEL»
de Jean Meyer, aparecidas en el número de diciembre
de «Letras Libres», págs. 110-112.


La sucesión episcopal
en la diócesis de San Cristóbal de las Casas

Este hecho representa sin duda el límite principal para un análisis exhaustivo del problema. En realidad, se trata de un trabajo comisionado para influir en ciertas decisiones relacionadas con la sucesión episcopal en la diócesis de San Cristóbal de las Casas.

Teología de la Liberación
y Teología India

¿Nunca sospechó el Sr. Jean Meyer a qué se debe el distanciamiento de don Samuel de la Teología de la Liberación? ¿Acaso don Samuel no ha sido en México uno de los exponentes más significativos de dicha Teología? ¿No habrá sido la Teología India una carta que don Samuel se sacó de la manga al último momento para no incurrir en las censuras hechas por la Jerarquía Eclesiástica con relación a la Teología de la Liberación?

Promotor social

Según el Sr. Jean Meyer, en el fondo, don Samuel habría sido en la diócesis de San Cristóbal de las Casas un gran promotor del cambio social en la línea de los documentos oficiales de la Iglesia. De acuerdo.
Ahora bien, ¿basta ésto para decir que se trata de un obispo que cumplió con su misión pastoral? ¿No representa ésta una visión reduccionista del papel del obispo?

Protestantismo en la diócesis de San Cristóbal

Las razones, presentadas por el Sr. Jean Meyer para justificar el éxito excepcional tenido por los grupos proselitistas en la diócesis de San Cristóbal de las Casas (se calcula que el 50% de sus habitantes ya no son católicos), no son exhaustivas.
De hecho, este fenómeno es característico de todos los lugares en que se implantó la Teología de la Liberación. ¿Las causas? Esencialmente dos:


* Apoyo de los gobiernos a los grupos proselitistas para restar fuerzas a la Teología de la Liberación.
* Vacío espiritual creado por la misma Teología de la Liberación, enfocada esencialmente al aspecto económico, político y social.

Pues bien, las diócesis de San Cristóbal de las Casas no fue ajena a este proceso. Por lo tanto, aparte de las causas mencionadas por el Sr. Jean Meyer, también la Teología de la Liberación tuvo su peso no indiferente en el avance de los grupos proselitistas.

Comparación con los obispos
Oscar Romero y Hélder Câmara

La comparación no rige. En realidad se trata de figuras muy diferentes en la línea de la lucha por el cambio social.
En el caso de Oscar Romero (arzobispo de San Salvador) y de Hélder Câmara (arzobispo de Olinda y Recife, Brasil), se trató de «profetas» que no cedieron a la tentación de volverse «reyes», imponiendo una línea pastoral muy particular. Lo que no pasó con don Samuel, que impuso o avaló una determinada línea pastoral, muy discutible a nivel de Iglesia Católica, eliminando cualquier tipo de oposición.
Es un hecho que el mismo Sr. Jean Meyer reconoce:

«Hubo también una selección negativa, como en 1975, cuando a la hora de la opción diocesana a favor de los pobres, dijo: “No obligo a nadie a quedarse, las puertas están abiertas para los que no estén de acuerdo” (o.c. pág. 110)».

Aquí está la raíz, el pecado original, de todo lo que después sucedió en la diócesis de San Cristóbal de las casas. Falta de apertura y de diálogo con otras corrientes de pensamiento y acción pastoral, monopolio en la interpretación del Evangelio, acción pastoral cerrada, abocada esencialmente al aspecto económico, político y social. Visión reduccionista de la realidad con consecuente acción pastoral. Falta de tolerancia. Espíritu sectario.
¿Qué sería de la Iglesia Católica si cada obispo o párroco se abocara el derecho de actuar de la misma manera? Se disolvería en un montón de sectas, enfrentadas entre sí. Un tipo de pastoral, que engendra marginación, no puede considerarse liberadora sino opresora. Y es precisamente el caso de la pastoral que se maneja en la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
Este estilo de gobierno, más que eclesial, recuerda los modelos de Francisco Franco (España), Pinochet (Chile) o Fidel Castro (Cuba).

Peligro de una sangría

Afirma el Sr. Jean Meyer:

«Don Samuel no sólo no descuidó su misión religiosa, sino que marcó su diócesis en tal forma que cualquier intento por parte de su sucesor, de poner fin a la autonomía participativa, tanto del clero como de los laicos, provocaría una verdadera sangría. Tal cambio sería mucho más grave que una reorientación de tipo político» (o.c., pág. 111).
Es el punto focal de todo el informe, la tesis que el Sr. Jean Meyer quiere demostrar: «No tiene que interrumpirse el proceso desencadenado por don Samuel y afines. De otra manera...»
Es la tesis de don Samuel y allegados, que el Sr. Jean Meyer hace suya y presenta como propia. Es el objetivo principal de todo el informe, tanto que hubiera podido tener como encabezado: «Continuidad o caos en la diócesis de San Cristóbal de las Casas».
En este contexto, todo el trabajo hubiera parecido más lógico: primero, desmantelar la oposición, refutando sus acusaciones, y después demostrar su tesis, resaltando los méritos y alcances logrados, para concluir: «No hay que interrumpir el proceso. De otra manera... el caos».
Pregunto: «¿Se trata de un peligro real o una amenaza?» Sin duda que una situación de este tipo, más que hablar en favor, hablaría en contra de la manera de llevarse las cosas en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, creando un tipo de Iglesia, muy ajeno al sentir de la Iglesia Universal. Esta manera de hacer las cosas recuerda mucho la manera de actuar de los dictadores antes mencionados, que, para evitar cualquier cambio en el futuro, trataron de atar bien las cosas antes de salirse de la escena política. Decía Francisco Franco: «Todo está atado y bien atado». ¿Y qué pasó poco después? Que todo se desató.
En el caso concreto de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, si de veras la situación estuviera tan crítica, ¿no sería oportuno intervenir lo más pronto posible para corregir una desviación, que con el tiempo pudiera provocar un verdadero cisma en la Iglesia?
Por otro lado, sin necesidad de llegar a suposiciones tan drásticas y alarmantes, baste recordar la experiencia centroamericana con relación a la Teología de la Liberación. ¿Qué pasó con sus tan cacareadas «Comunidades Eclesiales de Base», con su peculiar estilo de ser Iglesia en plena colaboración con el marxismo revolucionario? Una vez fracasado su proyecto político, sencillamente se esfumaron (tengo presente de una manera especial la situación de Nicaragua). Lo mismo puede pasar ahora en la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
Y por último, ¿de parte de quiénes tendría lugar dicha sangría? ¿Acaso de parte de los agentes de pastoral más involucrados en el proceso desencadenado por don Samuel? ¡Mucha falta nos hacen!
Otra reflexión al respecto. Cuando el Sr. Jean Meyer habla de la reorientación pastoral impuesta por don Samuel, afirma que este hecho no influyó en el avance de los grupos proselitistas. Sin embargo, al hablar de una posible reorientación pastoral que se podría dar ahora de parte del sucesor de don Samuel, afirma que provocaría una verdadera sangría.
Me pregunto: «¿Es ésta una manera objetiva de ver las cosas? ¿O más bien se trata de un análisis de tipo partidista?»
De todos modos, si en la arquidiócesis de San Salvador y en la arquidiócesis de Olinda y Recife hubo un cambio de rumbo, ¿por qué no tendría que haber en la diócesis de San Cristóbal de las Casas? ¿No sería conveniente que también en la diócesis de San Cristóbal de las Casas se rectificara la línea pastoral para recuperar a muchos católicos que se apartaron de la Iglesia precisamente por no compartir la visión pastoral de don Samuel? ¿O se prefiere seguir teniendo en México una isla a nivel eclesial y social?
Por último, una reorientación pastoral en la diócesis de San Cristóbal, ¿no podría representar un elemento de capital importancia en orden a la solución del conflicto armado en la entidad?

Ortodoxia

En este aspecto habría mucho que matizar. Me limito a subrayar lo siguiente: una visión reduccionista de la realidad con su consecuente acción pastoral, ¿no representa de por sí una mancha en el plano de la ortodoxia? En la misma Teología de la Liberación, ¿no se afirma acaso que la ortopraxis representa la piedra de toque para la ortodoxia? En el caso concreto de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, ¿se puede hablar de ortopraxis teniendo presente las limitaciones mencionadas?

Informe ad usum Delfini

Estando así las cosas, es evidente que el informe presentado por el Sr. Jean Meyer no es tan objetivo como quisiera aparentar. En efecto, se trata de un simpatizante más de don Samuel, que quiere romper una lanza más en su favor. Claro que no es posible ser juez y parte al mismo tiempo.
De todos modos, ofrece muchos elementos positivos que pueden ayudar a esclarecer y comprender la complicada situación por la que atraviesa la atribulada diócesis de San Cristóbal de las Casas.
Ojalá que el tiempo y la serenidad necesaria ayuden al Sr. Jean Meyer a volver a su papel originario de historiador, dejando a un lado el de abogado, tratándose de papeles difícilmente reconciliables entre sí.
Además, no olvide el Sr. Jean Meyer que el enemigo más grande de la verdad histórica es el mito. Por lo tanto, cuanto más ayudará a desentrañar el mito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas con su obispo don Samuel, tanto más hará obra de verdadero historiador. Fíjese bien: desentrañar el mito, no afianzarlo o complicarlo más por simpatía, amistad o quién sabe que.

México, D.F.; a 28 de diciembre de 1999.
Día de los Santos Inocentes.
fuente

[SIZE=+2]SR. DON SAMUEL RUIZ[/SIZE] [SIZE=+2]NO ESTOY DE ACUERDO CON USTED[/SIZE] [SIZE=+1]Carta abierta a Don Samuel Ruíz García[/SIZE] [SIZE=+1]Obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chis.[/SIZE]
San Andrés Tuxtla, Ver., a 22 de marzo de 1994.
Don Samuel:
Ya nos conocemos desde hace mucho tiempo. En el principio de mi actividad con los indígenas (1972), su pensamiento y su acción fueron para mí muy estimulantes. Pero después, poco a poco, empecé a notar algo raro en su «proceso» y me alejé. Los hechos dieron razón a mis sospechas.
Desde hace algún tiempo había pensado hacer un análisis exhaustivo acerca de su pensamiento y su acción pastoral, para tratar de desmitizar cierta imagen que se ha ido creando acerca de su persona. Pero nunca me decidí, por estar muy metido en otras cosas y especialmente para evitar de crear más problemas al interior de la Iglesia.
Pero ahora creo que haya llegado el momento de intervenir, aunque sea de una forma breve. Me doy cuenta de antemano de la ola de protestas que esta carta va a suscitar entre sus seguidores y admiradores, como ha sucedido con ocasión de algunas intervenciones anteriores acerca de la Teología de la Liberación. Sin embargo, todo esto no me asusta : estoy acostumbrado a navegar contracorriente, aceptando todas las consecuencias.
¿Cuál es el motivo de esta carta ? Invitarlo a reflexionar seriamente acerca de la advertencia de la Santa Sede.
Para que esto sea posible, antes que nada, tiene que liberarse de su imagen. Piense en sí mismo como ser humano y como cristiano (Obispo). Deje a un lado por un momento la imagen de un nuevo Bartolomé de Las Casas, completamente entregado a la causa de los indígenas.
Y después tiene que liberarse del influjo avasallador de ciertas personas que lo rodean y que encuentran en Usted el medio adecuado para hacer valer sus ideas. Sea Usted mismo, Don Samuel a secas. Si lo puede. Acuérdese que algún día será Don Samuel a secas que se presentará a dar cuenta de su actuación frente al Pastor Supremo, sin posibilidad de «apoyos» o «presiones» de algún tipo.
Pues bien, ¿no se da cuenta Usted de su fracaso pastoral en campo vocacional ? En realidad, ¿cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas han surgido en su diócesis durante su gestión ? Por otro lado, ¿cuántos sacerdotes y religiosas se han visto obligados a salir de su diócesis a causa de su línea pastoral, marcadamente social?
En realidad, aquí esta el meollo de todo el problema. Su interpretación de la Teología de la Liberación ha sido muy extremista. La misma que se manejó en Nicaragua y El Salvador y que mira a un cambio radical del sistema económico y político.
Reflexione un momento : ¿Qué hubiera sido de México, si la gran mayoría de los obispos hubiera seguido sus lineamientos ? Se hubiera encontrado en plena guerra civil, sumido en la más grande desesperación y miseria.
Sea sincero consigo mismo : su manera de ver la liberación no ha dado buen resultado. Sus modelos, las revoluciones de Nicaragua y El Salvador, fracasaron plenamente, dejando una secuela de muertes, odios, pobreza y hambre. ¿Acaso quiere lo mismo para México ? Que Dios nos libre.
Reconozca que en su diócesis no existe la libertad : o se acepta la línea oficial o hay que salirse de ella. Y para los laicos existe la constante amenaza de privarlos de los sacramentos, si se rehusan a entrar en el «proceso».
Usted se ufana tanto de contar con numerosos y buenos catequistas. ¿Cómo pueden ser tan buenos catequistas, si muchos entre ellos están metidos en la política partidista hasta el codo y con ocasión del levantamiento zapatista llegaron hasta tomar las armas, incitando a los feligreses a seguirlos ?
Como puede ver, Don Samuel, en su pastoral hay muchas cosas que no andan bien. Por lo cual, más le vale atender la petición de la Santa Sede. Es mejor para todos.
Atentamente
Pbro. Flaviano Amatulli Valente

En este enlace pueden ver las cartas hacia Raúl Vera y Samuel Ruiz.
http://www.angelfire.com/id/CHIAPAS/samuelruiz.html
 
Murió el Miguel Hidalgo de nuestros tiempos

Los restos del ‘Tatic’ llegaron a la catedral el 25 de enero, la misma fecha en que, hace 51 años, se hizo cargo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas.
En su homilía el obispo de Saltillo, Raúl Vera, que lo acompañó muchos años en su peregrinar evangélico, dijo: “Samuel Ruiz fue como el profeta Jeremías: un hombre que vivió y experimentó la contradicción”
El sacerdote tenía 35 años cuando el papa Juan XXIII lo nombró obispo de San Cristóbal.

Él contó muchas veces que quienes lo convirtieron fueron los indios. En sus recorridos por la zona, recordó Raúl Vera, “le tocó ver las espaldas de los hombres indígenas marcadas por el látigo de los finqueros”.
Llegó conservador y la dura realidad lo transformó y es que, la sociedad de San Cristóbal estaba profundamente dividida; con terratenientes madereros y cafetaleros, inmensamente ricos, y peones acasillados a quienes se despojaba de su salario en tiendas de raya heredadas del porfiriato.

Quienes convivieron con Samuel Ruiz aseguran que “no había sufrimiento que no tocara su corazón”.
El obispo denunció el trato inhumano contra los tzeltales, los tzotziles, los choles y tojolabales con quienes aprendió a conversar en su lengua. De ellos escuchó las condiciones de sobre explotación en que trabajaban y la afrenta de que sus mujeres y sus hijas eran sometidas sexualmente por el llamado “derecho de pernada” de sus patrones.

La burocracia vaticana nunca se sintió cómoda con el activismo del obispo que predicaba que los indios tenían derechos. Samuel Ruiz no se enemistó con nadie, pero hizo suya la doctrina cristiana de que la iglesia debía optar preferentemente por los pobres.
El llamado “obispo rojo” no hizo componendas con el poder; al contrario, fue uno de los más importantes impulsores de la “teología de la liberación” que recorrió América Latina en la década de los 70.

Por eso lo acusaron de ser el responsable de la rebelión zapatista que, en los primeros minutos de 1994, puso en jaque al gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
El movimiento hizo visible la lucha de los indígenas y todo el mundo supo de sus ancestrales reclamos.
Como mediador entre el Frente Zapatista de Reconstrucción Nacional y el gobierno federal, Samuel Ruiz entendió la dimensión histórica de su papel y aportó prudencia, sensibilidad y un profundo compromiso con la causa indígena.

Lo que yo he hecho es alumbrar con la luz de la fe, respondía cuando se le preguntaba por su legado en las comunidades de Chiapas.
Blanche Petrich escribe en la Jornada que, en su condición de obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz escribió una carta pastoral en enero de 2004 en la que decía: “la pregunta que Dios nos hará al final de nuestra existencia será; ¿de qué lado estuvimos? ¿A quién defendimos? ¿Por quién optamos? Preguntas que nadie, ni los poderosos, podrán eludir al final de sus vida”.

Es evidente que el Tatic (padre, en tzeltal) siempre lo tuvo muy claro.

Tomado de Filos.mx
 
Combino los temas y aprovecho para replicar el comunicado del EZLN con motivo de la partida de Samuel.



El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emitió hoy un comunicado en el que lamenta la muerte del Obispo emérito Samuel Ruiz García, publica hoy El Diario de Yucatán.
El texto firmado por el subcomandante “Marcos” y por coronel “Moisés” reconoce que en vida Ruiz García, mediador entre la guerrilla zapatista y el gobierno de 1994 a 1998, mantuvo su compromiso con los pobres y con los indígenas.
"Aunque no fueron pocas ni superficiales las diferencias, desacuerdos y distancias, hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la Iglesia Católica", dice el texto.
"No sólo se preocupó por la grave situación de miseria y marginación de los pueblos originarios de Chiapas, también trabajó junto con un heroico equipo pastoral, por mejorar esas indignas condiciones de vida y muerte", agrega.
El comunicado zapatista EZLN revela que Ruiz García recibió presiones hostigamientos y amenazas de un grupo llamado Paz y Justicia y en febrero de 1995 el gobierno amagó con encarcelarlo.
A continuación se reproduce el texto íntegro emitido por el EZLN.

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
ENERO DEL 2011.
AL PUEBLO DE MÉXICO:
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional manifiesta su pesar por la muerte del Obispo Emérito Don Samuel Ruiz García.
En el EZLN militan personas con diferentes credos y sin creencia religiosa alguna, pero la estatura humana de este hombre (y la de quienes, como él, caminan del lado de los oprimidos, los despojados, los reprimidos, los despreciados), llama a nuestra palabra.
Aunque no fueron pocas ni superficiales las diferencias, desacuerdos y distancias, hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la Iglesia Católica.
Don Samuel Ruiz García no sólo destacó en un catolicismo practicado en y con los desposeídos, con su equipo también formó toda una generación de cristianos comprometidos con esa práctica de la religión católica. No sólo se preocupó por la grave situación de miseria y marginación de los pueblos originarios de Chiapas, también trabajó, junto con heroico equipo de pastoral, por mejorar esas indignas condiciones de vida y muerte.
Lo que los gobiernos olvidaron propositivamente para cultivar la muerte, se hizo memoria de vida en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.
Don Samuel Ruiz García y su equipo no sólo se empeñaron en alcanzar la paz con justicia y dignidad para los indígenas de Chiapas, también arriesgaron y arriesgan su vida, libertad y bienes en ese camino truncado por la soberbia del poder político.
Incluso desde mucho antes de nuestro alzamiento en 1994, la Diócesis de San Cristóbal padeció el hostigamiento, los ataques y las calumnias del Ejército Federal y de los gobiernos estatales en turno.
Al menos desde Juan Sabines Gutiérrez (recordado por la masacre de Wolonchan en 1980) y pasando por el General Absalón Castellanos Domínguez, Patrocinio González Garrido, Elmar Setzer M., Eduardo Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro (uno de los autores de la matanza de Acteal en 1997) y Roberto Albores Guillén (más conocido como “el croquetas”), los gobernadores de Chiapas hostigaron a quienes en la diócesis de San Cristóbal se opusieron a sus matanzas y al manejo del Estado como si fuera una hacienda porfirista.
Desde 1994, durante su trabajo en la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI), en compañía de las mujeres y hombres que formaron esa instancia de paz, Don Samuel recibió presiones, hostigamientos y amenazas, incluyendo atentados contra su vida por parte del grupo paramilitar mal llamado “Paz y Justicia”.
Y siendo presidente de la CONAI Don Samuel sufrió también, en febrero de 1995, un amago de encarcelamiento.
Ernesto Zedillo Ponce de León, como parte de una estrategia de distracción (tal y como se hace ahora) para ocultar la grave crisis económica en la que él y Carlos Salinas de Gortari habían sumido al país, reactivó la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas.
Al mismo tiempo que lanzaba una gran ofensiva militar en contra del EZLN (misma que fracasó), Zedillo atacó a la Comisión Nacional de Intermediación.
Obsesionado con la idea de acabar con Don Samuel, el entonces presidente de México, y ahora empleado de trasnacionales, aprovechó la alianza que, bajo la tutela de Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos, se había forjado entre el PRI y el PAN.
En esas fechas, en una reunión con la cúpula eclesial católica, el entonces Procurador General de la República, el panista y fanático del espiritismo y la brujería más chambones, Antonio Lozano Gracia, blandió frente a Don Samuel Ruiz García un documento con la orden de aprehensión en su contra.
Y cuentan que el procurador graduado en Ciencias Ocultas fue confrontado por los demás obispos, entre ellos Norberto Rivera, quienes salieron en la defensa del titular de la Diócesis de San Cristóbal.
La alianza PRI-PAN (a la que luego se unirían en Chiapas el PRD y el PT) en contra de la Iglesia Católica progresista no se detuvo ahí. Desde los gobiernos federal y estatal se apadrinaron ataques, calumnias y atentados en contra de los miembros de la Diócesis.
El Ejército Federal no se quedó atrás. Al mismo tiempo que financiaba, entrenaba y pertrechaba a grupos paramilitares, se promovía la especie de que la Diócesis sembraba la violencia.
La tesis de entonces (y que hoy es repetida por idiotas de la izquierda de escritorio) era que la Diócesis había formado a las bases y a los cuadros de dirección del EZLN.
Un botón de la amplia muestra de estos argumentos ridículos se dio cuando un general mostraba un libro como prueba de la liga de la Diócesis con los “transgresores de la ley”.
El título del libro incriminatorio es “El Evangelio según San Marcos”.
Hoy en día esos ataques no han cesado.
El Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas” recibe continuamente amenazas y hostigamientos.
Además de ser haber sido fundado por Don Samuel Ruiz García y de tener una inspiración cristiana, el “Frayba” tiene como “delitos agravantes” el creer en la Integralidad e Indivisibilidad de los Derechos Humanos, el respeto a la diversidad cultural y al derecho a la Libre Determinación, la justicia integral como requisito para la paz, y el desarrollo de una cultura de diálogo, tolerancia y reconciliación, con respeto a la pluralidad cultural y religiosa.
Nada más molesto que esos principios.
Y esta molestia llega hasta el Vaticano, donde se maniobra para partir la diócesis de San Cristóbal de Las Casas en dos, de modo de diluir la alternativa en, por y con los pobres, en la acomodaticia que lava conciencias en dinero. Aprovechando el deceso de Don Samuel, se reactiva ese proyecto de control y división.
Porque allá arriba entienden que la opción por los pobres no muere con Don Samuel. Vive y actúa en todo ese sector de la Iglesia Católica que decidió ser consecuente con lo que se predica.
Mientras tanto, el equipo de pastoral, y especialmente los diáconos, ministros y catequistas (indígenas católicos de las comunidades) sufren las calumnias, insultos y ataques de los neo-amantes de la guerra. El Poder sigue añorando sus días de señorío y ven en el trabajo de la Diócesis un obstáculo para reinstaurar su régimen de horca y cuchillo.
El grotesco desfile de personajes de la vida política local y nacional frente al féretro de Don Samuel no es para honrarlo, sino para comprobar, con alivio, que ha muerto; y los medios de comunicación locales simulan lamentar lo que en realidad festinan.
Por encima de todos esos ataques y conspiraciones eclesiales, Don Samuel Ruiz García y l@s cristian@s como él, tuvieron, tienen y tendrán un lugar especial en el moreno corazón de las comunidades indígenas zapatistas.
Ahora que está de moda condenar a toda la Iglesia Católica por los crímenes, desmanes, comisiones y omisiones de algunos de sus prelados…
Ahora que el sector autodenominado “progresista” se solaza en hacer burla y escarnio de la Iglesia Católica toda…
Ahora que se alienta el ver en todo sacerdote a un pederasta en potencia o en activo…
Ahora sería bueno voltear a mirar hacia abajo y encontrar ahí a quienes, como antes Don Samuel, desafiaron y desafían al Poder.
Porque estos cristianos creen firmemente en que la justicia debe reinar también en este mundo.
Y así lo viven, y mueren, en pensamiento, palabra y obra.
Porque si bien es cierto que hay Marciales y Onésimos en la Iglesia Católica, también hubo y hay Roncos, Ernestos, Samueles, Arturos, Raúles, Sergios, Bartolomés, Joeles, Heribertos, Raymundos, Salvadores, Santiagos, Diegos, Estelas, Victorias, y miles de religios@s y seglares que, estando del lado de la justicia y la libertad, están del lado de la vida.
En el EZLN, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes, hoy no sólo honramos la memoria de Don Samuel Ruiz García.
También, y sobre todo, saludamos el compromiso consecuente de l@s cristian@s y creyentes que en Chiapas, en México y en el Mundo, no guardan un silencio cómplice frente a la injusticia, ni permanecen inmóviles frente a la guerra.
Se va Don Samuel, pero quedan muchas otras, muchos otros que, en y por la fe católica cristiana, luchan por un mundo terrenal más justo, más libre, más democrático, es decir, por un mundo mejor.
Salud a ellas y ellos, porque de sus desvelos también se nacerá el mañana.

¡LIBERTAD!
¡JUSTICIA!
¡DEMOCRACIA!
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN.

Teniente Coronel Insurgente Moisés. Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Enero del 2011.



::fuente::
 
Justamente me estaba preguntando cuando haría su comunicado el EZLN. Descansa en paz, tatic.
 
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