frafraa
Bovino maduro
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¿Hacia dónde va la democracia? He aquí lo que decía, con cierta frecuencia, un profesor de historia: “La democracia fluye. A diferencia del bienestar o de la justicia, que son estados potencialmente permanentes, la democracia se parece más a la paz de Ghandi: no hay camino para ella, sino es, en sí mismo, el mismo camino.”
Muchos nos habíamos acostumbrado al mundo después de la Guerra Fría. Estados Unidos regiría el mundo por varias generaciones; a falta de una superpotencia que le hiciera contrapeso, pocas naciones se salvarían de su sutil, pero intransigente deseo. México siempre sería un país corrupto y pobre, pero pacífico. Inglaterra ‘gozaría’ de políticos eficientes, pero cínicos. Y, especialmente, África y Medio Oriente sufrirían de gobiernos tiránicos y hereditarios hasta el final de su efímera historia.
Pero ahora resulta que no. China le está comiendo el mandado a Estados Unidos (que nomás no puede someter a Venezuela e Irán); México sigue siendo corrupto, pero ya no es pacífico. Y, especialmente, los estados árabes bullen de democracia, de cambio, de fluidez.
Hace poco los tunecinos hicieron dos cosas que dan envidia. Primero, derrocaron a Zine el Abidine Ben Alí, su mandatario desde 1987 (algunos de los que estén leyendo esto ni siquiera habían nacido) después de varias jornadas de protestas; después, lograron desencadenar diversos movimientos en países vecinos como Egipto y Yemen.
Escribir esto en este espacio tiene un significado especial: un documento de Wikileaks revela la importancia de la información digital para las sociedades árabes. En Egipto, por ejemplo, la edad promedio ronda los 30 años (algo muy parecido a lo que ocurría en México durante la Revolución) y muchos de ellos escriben en blogs. Se estima que existen alrededor de 160 mil bloggers y casi 50 mil de ellos tratan temas políticos.
Para allá va su democracia. Hacia la comunicación horizontal; a los jóvenes comunicándose y exigiendo. Hacia un fluir violento y furioso: el desenlace será, seguramente, tan trágico como digno e inevitable.
Hablando de jóvenes: acá los dirigentes nos siguen tratando como menores de edad. ¿Qué no nos tienen miedo? No tendrían por qué. La marcha de Kalimba ha sido de las pocas exitosas últimamente. ¿Es cierto que la protesta civil se ha desvirtuado? Es un lugar común decir que a cada rato hay marchas: otra manera de decir que protestamos por cualquier cosa, sin que se observen resultados tangibles, a favor o en contra de la causa del descontento.
Por lo pronto la nota en nuestro paradisiaco país sigue siendo ‘Marcha causa mucho tráfico’, mientras que en estados africanos la noticia es la protesta, la exigencia.
Tomado de la Revista Filos.mx
Muchos nos habíamos acostumbrado al mundo después de la Guerra Fría. Estados Unidos regiría el mundo por varias generaciones; a falta de una superpotencia que le hiciera contrapeso, pocas naciones se salvarían de su sutil, pero intransigente deseo. México siempre sería un país corrupto y pobre, pero pacífico. Inglaterra ‘gozaría’ de políticos eficientes, pero cínicos. Y, especialmente, África y Medio Oriente sufrirían de gobiernos tiránicos y hereditarios hasta el final de su efímera historia.
Pero ahora resulta que no. China le está comiendo el mandado a Estados Unidos (que nomás no puede someter a Venezuela e Irán); México sigue siendo corrupto, pero ya no es pacífico. Y, especialmente, los estados árabes bullen de democracia, de cambio, de fluidez.
Hace poco los tunecinos hicieron dos cosas que dan envidia. Primero, derrocaron a Zine el Abidine Ben Alí, su mandatario desde 1987 (algunos de los que estén leyendo esto ni siquiera habían nacido) después de varias jornadas de protestas; después, lograron desencadenar diversos movimientos en países vecinos como Egipto y Yemen.
Escribir esto en este espacio tiene un significado especial: un documento de Wikileaks revela la importancia de la información digital para las sociedades árabes. En Egipto, por ejemplo, la edad promedio ronda los 30 años (algo muy parecido a lo que ocurría en México durante la Revolución) y muchos de ellos escriben en blogs. Se estima que existen alrededor de 160 mil bloggers y casi 50 mil de ellos tratan temas políticos.
Para allá va su democracia. Hacia la comunicación horizontal; a los jóvenes comunicándose y exigiendo. Hacia un fluir violento y furioso: el desenlace será, seguramente, tan trágico como digno e inevitable.
Hablando de jóvenes: acá los dirigentes nos siguen tratando como menores de edad. ¿Qué no nos tienen miedo? No tendrían por qué. La marcha de Kalimba ha sido de las pocas exitosas últimamente. ¿Es cierto que la protesta civil se ha desvirtuado? Es un lugar común decir que a cada rato hay marchas: otra manera de decir que protestamos por cualquier cosa, sin que se observen resultados tangibles, a favor o en contra de la causa del descontento.
Por lo pronto la nota en nuestro paradisiaco país sigue siendo ‘Marcha causa mucho tráfico’, mientras que en estados africanos la noticia es la protesta, la exigencia.
Tomado de la Revista Filos.mx
