El papel que hiciera famoso a Michael J. Fox en los ochentas como Marty McFly en la cinta 'Volver al futuro', no siempre perteneció al ahora muy enfermo actor. Pero, para entender mejor esta historia, tendremos irónicamente que volver al pasado...cientos y cientos de años atrás... *Aquí es donde imaginan el flashback*
Era 1985 y un adolescente de nombre Eric Stoltz (A quien ahora recordarán por la cinta 'Pulp Fiction' y varios capítulos de series como 'Will & Grace' y 'Caprica') protagonizaba una cinta de ciencia ficción que prometía cambiar la manera de hacer sci-fi para siempre en Hollywood: 'Volver al futuro'. El joven actor había sido elegido para realizar el rol protagónico como Marty McFly de la mano del productor Steven Spielberg y el realizador Robert Zemeckis; sin embargo, no tardó mucho en decepcionarlos.
A cinco semanas de iniciado el rodaje, lo que probablemente indica que ya se habían filmado unas dos que tres que muchísimas escenas, Zemeckis se dio cuenta de que las capacidades comediosas de Stoltz no estaban funcionando para lo que él buscaba y decidió, de la manera más drástica, que era momento de cambiar de actor.
"Me enseñó el pietaje de lo que se había rodado en las primeras cinco semanas de filmación y me dijo: 'Creo que no estamos consiguiendo las risas que yo esperaba conseguir.'" Comenta Steven Spielbger, quien tuvo la difícil tarea de aceptar la repentina decisión de su director y conseguir una nueva promesa de la actuación. "Estaba en lo correcto."
"Es un actor magnífico, pero su sensibilidad en cuanto a comedia era muy diferente a lo que yo había escrito. Él y yo jamás lo pudimos hacer funcionar " Recuerda el creador Robert Zemeckis. "Entonces tuve que tomar esta decisión terrible, lo cual nos rompió el corazón a todos. Por suerte logré convencer al estudio para que me dejarán re-filmar cinco semanas de trabajo."
Y el resto es historia. Stoltz salió del proyecto más rápido de lo que un DeLorean deja marcas de fuego en el pavimento, Michael J. Fox ascendió a la fama como el viajero del tiempo más famoso de la historia y Christopher Lloyd jamás conoció la magia de un peine.