jarochilandio
Bovino de la familia
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Kersten Knipp (EL/VT)
dw.com
30.09.2016
Desde hace un año, Rusia lucha abiertamente a favor del régimen de Assad. Es una decisión riesgosa.
¿Qué metas persigue Rusia en Siria? Muchas han sido las respuestas que se han dado a esta pregunta, en los cinco años que Rusia ha apoyado al presidente Bashar al-Assad. Pero nadie ha sido capaz de explicar a ciencia cierta a qué responden los grandes costos financieros, militares y diplomáticos que Rusia se echa a cuestas, con tal de apoyar al presidente sirio. Hay muchas teorías. Unos dicen que pretende asegurarse su única salida al Mar Mediterráneo en el puerto sirio de Tartus. Otros, que quiere hacer frente a las protestas y levantamientos, y a través del apoyo a Assad manda un mensaje a las corrientes opositoras en su propio país. Otros más opinan que Putin no desea ver cuestionado el orden jurídico formal en un país socio (después de todo, Assad es un presidente elegido en las urnas). También hay quien supone que Rusia está interesada en mantener la estabilidad política en el Oriente Próximo. O que busca demostrar lealtad. O incluso que desea evitar que grupos yihadistas originarios de Siria expandan sus actividades hacia Rusia y sus países vecinos. Finalmente, no son pocos los que opinan que Rusia desea restablecer su posición como superpotencia, la cual había perdido tras el desmantelamiento del bloque soviético.
Con el paso de los años, la última tesis es la que parece cobrar fuerza. Rusia quiere plantar cara a la única superpotencia que permaneció como tal luego del año emblemático de 1989: Estados Unidos. Para Rusia, lo que está en juego no es la Siria real, escribe el analista político y ensayista Salam Kila en el periódico "Al Araby al-jajeed”: "Rusia quiere a Siria como símbolo, como un país que en realidad no existe más”. Las metas políticas a las cuales se dirigía Rusia caducaron ya hace tiempo, sobre todo, la pretensión de mantener en pie al Estado sirio. "¿Acaso existe en Siria un Estado fuerte y estable que tenga perspectivas de existir en el futuro? Ciertamente, no”, dice Kila.
Del lado de Assad
Hace un año, Rusia comenzó a participar en bombardeos aéreos en Siria. Están dirigidos a todos aquellos a los cuales los gobiernos en Moscú y Damasco definen como "terroristas”. Básicamente, el gobierno sirio se refiere así a todos los opositores. Si se toma en cuenta la inusitada dureza de los ataques aéreos, puede afirmarse que Rusia ha aceptado de facto, cuando no de manera explícita, esta definición. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos estima que en el marco de los bombardeos rusos han muerto unas 9.500 personas, entre ellas 3.800 civiles, de los cuales 900 son niños. Tal evaluación es considerada confiable.
El involucramiento ruso en la guerra siria ha sido fuertemente criticado en el exterior, incluso en Alemania. El diputado de Los Verdes Omid Nouripour condenó los bombardeos sirios y rusos sobre la parte este de Alepo, zona controlada por rebeldes seculares y yihadistas. "El espacio aéreo sobre esa ciudad está en manos de ambas fuerzas aéreas. Y éstas lanzan bombas sobre asentamientos civiles, en una forma como no habíamos visto en los pasados cinco años y medio.”
Muchos niños son víctimas de los bombardeos
Los riesgos rusos
A dónde conducirá esta estrategia, es cosa que aún no está definida. Tras cinco años de guerra y la muerte de más de 100.000 soldados del ejército sirio, Assad ya no tendrá fuerza suficiente para mantener el control sobre todo el territorio sirio, si es que logra reconquistar Aleppo, escribe el analista Philip Gordon, del Consejo de Asuntos Exteriores. "Pese a toda la fuerza represiva, Siria se mantiene como un país predominantemente suní, y muchos suníes seguirían luchando contra el régimen, apoyados y armados por saudíes, turcos y qataríes”. Rusia tampoco tiene un panorama claro. "La masacre de civiles en Siria podría conducir a que se produzcan atentados terroristas contra Rusia a manos de soliviantados grupos musulmanes.” Por si fuera poco, los costos de la guerra son enormes, y el precio lo deben pagar los ciudadanos rusos.
Así que la estrategia rusa para Siria parece descabellada. Si no resulta como está planeada, a final puede que ni siquiera sirva como triunfo simbólico.
Fuente
¡Vaya! parece ser que cada vez somos más los que vemos a un Putin anhelando el regreso de la "poderosa" URSS. Claro, con EL a frente de la misma, à-la Stalin. Para eso ya se ha anexado -de una manera u otra- a varias regiones de la ex-URSS. Y pasa acuerdos "a modo" con tipos de su misma calaña (como, por ejemplo, Erdogan en Turquía; y según parece, con la oleada xenófoba que invade Europa, también los ex-países que en el pasado se aliaron -de una u otra manera, de buena o mala gana- con la ex-URSS, y que curiosamente hoy están dentro del bloque de la EU, también empiezan a sentir la necesidad de "volver al nido"). Mal, muy mal se ve el futuro para este maltratado planeta. Mientras tanto, el títere de Asad deja que Putin haga lo que quiera con Siria (un país que hoy por hoy tiene más sirios viviendo -exiliados- fuera de su patria, que en ella). Los que queden, Putin los va a hacer trabajar para Rusia, como mano de obra barata (algo que Stalin hacía con sus aliados de Europa del Este; para que vean que el modelito que usan los gringolandios con nuestros connacionales no es nada nuevo, y que no distingue ideologías, sean "de derecha" o "de izquierda").
dw.com
30.09.2016
Desde hace un año, Rusia lucha abiertamente a favor del régimen de Assad. Es una decisión riesgosa.
¿Qué metas persigue Rusia en Siria? Muchas han sido las respuestas que se han dado a esta pregunta, en los cinco años que Rusia ha apoyado al presidente Bashar al-Assad. Pero nadie ha sido capaz de explicar a ciencia cierta a qué responden los grandes costos financieros, militares y diplomáticos que Rusia se echa a cuestas, con tal de apoyar al presidente sirio. Hay muchas teorías. Unos dicen que pretende asegurarse su única salida al Mar Mediterráneo en el puerto sirio de Tartus. Otros, que quiere hacer frente a las protestas y levantamientos, y a través del apoyo a Assad manda un mensaje a las corrientes opositoras en su propio país. Otros más opinan que Putin no desea ver cuestionado el orden jurídico formal en un país socio (después de todo, Assad es un presidente elegido en las urnas). También hay quien supone que Rusia está interesada en mantener la estabilidad política en el Oriente Próximo. O que busca demostrar lealtad. O incluso que desea evitar que grupos yihadistas originarios de Siria expandan sus actividades hacia Rusia y sus países vecinos. Finalmente, no son pocos los que opinan que Rusia desea restablecer su posición como superpotencia, la cual había perdido tras el desmantelamiento del bloque soviético.
Con el paso de los años, la última tesis es la que parece cobrar fuerza. Rusia quiere plantar cara a la única superpotencia que permaneció como tal luego del año emblemático de 1989: Estados Unidos. Para Rusia, lo que está en juego no es la Siria real, escribe el analista político y ensayista Salam Kila en el periódico "Al Araby al-jajeed”: "Rusia quiere a Siria como símbolo, como un país que en realidad no existe más”. Las metas políticas a las cuales se dirigía Rusia caducaron ya hace tiempo, sobre todo, la pretensión de mantener en pie al Estado sirio. "¿Acaso existe en Siria un Estado fuerte y estable que tenga perspectivas de existir en el futuro? Ciertamente, no”, dice Kila.
Del lado de Assad
Hace un año, Rusia comenzó a participar en bombardeos aéreos en Siria. Están dirigidos a todos aquellos a los cuales los gobiernos en Moscú y Damasco definen como "terroristas”. Básicamente, el gobierno sirio se refiere así a todos los opositores. Si se toma en cuenta la inusitada dureza de los ataques aéreos, puede afirmarse que Rusia ha aceptado de facto, cuando no de manera explícita, esta definición. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos estima que en el marco de los bombardeos rusos han muerto unas 9.500 personas, entre ellas 3.800 civiles, de los cuales 900 son niños. Tal evaluación es considerada confiable.
El involucramiento ruso en la guerra siria ha sido fuertemente criticado en el exterior, incluso en Alemania. El diputado de Los Verdes Omid Nouripour condenó los bombardeos sirios y rusos sobre la parte este de Alepo, zona controlada por rebeldes seculares y yihadistas. "El espacio aéreo sobre esa ciudad está en manos de ambas fuerzas aéreas. Y éstas lanzan bombas sobre asentamientos civiles, en una forma como no habíamos visto en los pasados cinco años y medio.”

Muchos niños son víctimas de los bombardeos
Los riesgos rusos
A dónde conducirá esta estrategia, es cosa que aún no está definida. Tras cinco años de guerra y la muerte de más de 100.000 soldados del ejército sirio, Assad ya no tendrá fuerza suficiente para mantener el control sobre todo el territorio sirio, si es que logra reconquistar Aleppo, escribe el analista Philip Gordon, del Consejo de Asuntos Exteriores. "Pese a toda la fuerza represiva, Siria se mantiene como un país predominantemente suní, y muchos suníes seguirían luchando contra el régimen, apoyados y armados por saudíes, turcos y qataríes”. Rusia tampoco tiene un panorama claro. "La masacre de civiles en Siria podría conducir a que se produzcan atentados terroristas contra Rusia a manos de soliviantados grupos musulmanes.” Por si fuera poco, los costos de la guerra son enormes, y el precio lo deben pagar los ciudadanos rusos.
Así que la estrategia rusa para Siria parece descabellada. Si no resulta como está planeada, a final puede que ni siquiera sirva como triunfo simbólico.
Fuente
¡Vaya! parece ser que cada vez somos más los que vemos a un Putin anhelando el regreso de la "poderosa" URSS. Claro, con EL a frente de la misma, à-la Stalin. Para eso ya se ha anexado -de una manera u otra- a varias regiones de la ex-URSS. Y pasa acuerdos "a modo" con tipos de su misma calaña (como, por ejemplo, Erdogan en Turquía; y según parece, con la oleada xenófoba que invade Europa, también los ex-países que en el pasado se aliaron -de una u otra manera, de buena o mala gana- con la ex-URSS, y que curiosamente hoy están dentro del bloque de la EU, también empiezan a sentir la necesidad de "volver al nido"). Mal, muy mal se ve el futuro para este maltratado planeta. Mientras tanto, el títere de Asad deja que Putin haga lo que quiera con Siria (un país que hoy por hoy tiene más sirios viviendo -exiliados- fuera de su patria, que en ella). Los que queden, Putin los va a hacer trabajar para Rusia, como mano de obra barata (algo que Stalin hacía con sus aliados de Europa del Este; para que vean que el modelito que usan los gringolandios con nuestros connacionales no es nada nuevo, y que no distingue ideologías, sean "de derecha" o "de izquierda").