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La "Trumpeconomía" puede ser la medicina equivocada para EEUU

jarochilandio

Bovino de la familia
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14 Mar 2010
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Howard Schneider
Retomado por Yahoo Noticias
21 de enero de 2017


WASHINGTON (Reuters) - Los recortes de impuestos, la desregulación y el mayor gasto federal propugnado por la administración entrante de Trump son remedios clásicos para combatir el estancamiento económico y las largas colas de desempleo.

Pero esa medicina puede ser demasiado fuerte para una economía que ha registrado crecimiento en los últimos ocho años, con unos salarios en aumento y una tasa de desempleo cerca de lo que muchos economistas consideran empleo "pleno".

Un análisis de Reuters sobre los datos regionales de empleo y las tendencias históricas sugiere que el estímulo podría impulsar la demanda de trabajadores en áreas donde la mano de obra ya es reducida. A su vez, esto podría alimentar la inflación, obligar a la Reserva Federal a subir los tipos más rápidamente de lo esperado y hacer de la recesión una mayor amenaza.

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Lo que el país necesita ahora, dicen los economistas laborales y los funcionarios de la Fed, es una cirugía de pequeño calibre: políticas centradas en las áreas rurales y el corazón industrial de regiones deprimidas, zonas que han perdido la sintonía con la marcha de la economía global y se erigieron en baluartes del apoyo popular a Donald Trump en su carrera a la presidencia.

"Si pensamos en lo que Trump está heredando, se trata de una economía en la que gran parte de la reciente crisis ha sido resuelta", dijo Jed Kolko, economista jefe la web de empleo indeed.com.

"Los desafíos que quedan son los más difíciles de corregir", dijo, citando como ejemplos la decadencia del cinturón de carbón o el aumento del uso indebido de fármacos en las comunidades deprimidas del país.

Trump asume el cargo este viernes prometiendo fortalecer a la clase media y devolver los empleos a millones de trabajadores marginados realizando un gasto enorme en la envejecida infraestructura de la nación, con políticas agresivas en materia de comercio y recortes de impuestos para estimular la inversión.

Ciertamente, hay argumentos a favor de utilizar una inyección de gasto para darle un impulso a la economía tras un periodo prolongado de crecimiento tibio que pocas veces ha superado el 2 por ciento.

¿DEMASIADO CRECIMIENTO?

Sin embargo, los funcionarios de la Fed están cada vez más preocupados, ya que la economía de los Estados Unidos ya está avanzando a un ritmo cercano a su potencial, por lo que un arreón de crecimiento podría provocar una escasez de mano de obra, aumentos insostenibles de los salarios y demasiada inflación.

En las semanas que siguieron a las elecciones del 8 de noviembre, la atención de los responsables del banco central se ha desplazado. En lugar de buscar un ritmo de aumentos graduales de los tipos que pueda sostener el desempleo en torno a sus niveles actuales, ahora se están fijando en los riesgos de un crecimiento demasiado rápido.

Los períodos en los que el desempleo ha sido demasiado bajo, sin una respuesta de la Fed, "han terminado en algún tipo de recesión", dijo el presidente de la Reserva Federal de Atlanta Dennis Lockhart en Naples, Florida, la semana pasada.

La incertidumbre sobre hasta dónde se puede reducir la tasa de desempleo podría hacer que el banco central espere demasiado tiempo o golpee los frenos con demasiada fuerza, dijo Lockhart.

La actual tasa de desempleo del 4,7 por ciento está aproximadamente en línea con lo que la presidencia de la Fed, Janet Yellen, citó como pleno empleo en los comentarios de esta semana, en los que también mencionó el riesgo de recesión si la Fed tuviera que aumentar los tipos demasiado rápido..

Trump ha restado importancia a la cifra oficial de desempleo, diciendo que pasa por alto a millones de estadounidenses que han dejado de buscar trabajo y que él cree que podrían regresar al mercado de trabajo con cientos de miles de millones de dólares en proyectos públicos e inversión privada.

Algunos economistas parecen estar de acuerdo, utilizando estimaciones del número de trabajadores marginados como prueba de que en el mercado de trabajo hay más desocupación de lo que podrían sugerir los números de titular, y que la Fed tiene más margen de maniobra política.

De un total de 61 millones de hombres entre 25 y 54 años, el 88 por ciento estaban trabajando o buscando trabajo en 2015 en comparación con el 94 por ciento en 1978. Eso significa que la mano de obra sería de más de dos millones de hombres más si este porcentaje se ha mantenido durante este periodo.


Sin embargo, un análisis de Reuters de los datos de empleo a nivel estatal sugiere que puede haber razones específicas de la industria o de las regiones por las que esas fuerzas laborales no pueden movilizarse fácilmente. Los ciclos económicos pasados también sugieren que solo mantener la tasa de desempleo donde está será un desafío.

CONTRASTE BRUTAL

Los datos de empleo muestran profundas diferencias regionales, que reflejan cambios en las industrias y las poblaciones que una estrategia de talla única no permite abordar.

Por ejemplo, la participación en el mercado laboral de los hombres en edad de trabajar en Iowa ha disminuido sólo 2,2 puntos porcentuales desde 1978; en contraste, cayó 12 puntos porcentuales en Kentucky como resultado del declive de la industria del carbón.

Algunas partes del país ya están luchando con la escasez de mano de obra, mientras otras siguen deprimidas.

En algunas partes de Florida, los empresarios mencionan problemas para contratar trabajadores debido al aumento de los costes de la vivienda.

"Los profesores, las enfermeras, no pueden encontrar lugares para vivir", mientras los operadores de hoteles y restaurantes están trayendo trabajadores extranjeros con visados especiales, dijo Kristi Bartlett, vicepresidenta de desarrollo económico de la Cámara de Comercio de Naples.

Según varios estudios, entre ellos uno encargado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos el año pasado, las necesidades importantes de infraestructuras se agrupan alrededor de grandes áreas urbanas costeras; una reestructuración que tuviera como objetivo los proyectos más beneficiosos podría hacer que las disparidades regionales sean aún mayores.

La historia reciente sugiere un gasto enorme o recortes de impuestos a finales del ciclo económico, podrían, de hecho, adelantar el final de la actual expansión.

Desde la Fed recibió en 1977 el mandato de "empleo máximo", la tasa de desempleo ha caído por debajo del 5 por ciento durante un período prolongado dos veces.

En la década de los noventa, cuando el boom tecnológico y la creciente productividad ayudaron a producir un crecimiento económico libre de inflación, la tasa de desempleo se mantuvo baja durante más de cuatro años.

Durante la expansión impulsada por el mercado inmobiliario a principios de este siglo, el desempleo se mantuvo por debajo del 5 por ciento durante 24 meses antes de que una oleada de impagos hipotecarios desencadenara una crisis financiera y una recesión que dejaron sin empleo a millones de personas.

La tasa de desempleo ha estado por debajo del 5 por ciento durante un año y los posibles recortes de impuestos y el gasto público pueden enfrentar a la Fed a un desafío similar al que enfrentó a finales de los 80, dijo Roberto Perli, analista de Cornerstone Macro y execonomista de la Fed.

Entonces, el gobierno de Ronald Reagan sumó recortes de impuestos a la ya fuerte demanda y a un alto déficit presupuestario; La Fed respondió con una ronda más rápida de lo esperado de aumentos de los tipos. A continuación se produjo una recesión en 1990.

"Con la mano de obra ya reducida y con poca disponibilidad de recursos, la Fed probablemente consideraría inflacionarias las políticas fiscales del lado de la demanda y endurecería la política monetaria más rápido de lo que los mercados esperan", escribió Perli.



Fuente
 
¿Qué tanto podrá Trump impulsar o desarticular la economía de EEUU?

Jesús Del Toro
Yahoo Noticias
23 de enero de 2017

¿Qué tanto poder tiene el presidente de Estados Unidos para modelar la economía y el crecimiento del país y qué tanto de sus decisiones son, en realidad, una reacción ante las realidades y las posibilidades, que con frecuencia no coinciden con los planes y expectativas de tiempos de campaña?

Esa es una de las grandes interrogantes que millones de estadounidenses se preguntan a pocos días de que Donald Trump asumió la Presidencia: ¿qué tanto podrá cumplir sus promesas de crear empleos e impulsar el desarrollo?

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Donald Trump ha proclamado que transformará la economía, renegociará o repudiará tratados de libre comercio y pondrá a
‘Estados Unidos primero’. (Getty Images)


El triunfo electoral de Trump tuvo que ver, entre otros factores, con su posición en torno a la economía y con la percepción que una parte muy importante de la población tiene de la economía y de su futuro: el hoy presidente electo enarboló el proteccionismo comercial –expresado en arropar y recuperar los empleos para los estadounidenses que se han ido o podrían irse a otros países– y esbozó nociones sobre dinamizar la economía –vía la reducción regulaciones e impuestos– y crear nuevos empleos.

Todo fuertemente sazonado con la estridencia característica de Trump, sobre todo con sus ataques y advertencias a las empresas que han trasladado o piensan trasladar sus operaciones al extranjero y con el repudio a los tratados de libre comercio vigentes.

La economía es un factor crucial en toda elección y aunque los datos generales muestran que la administración de Barack Obama se cierra con números auspiciosos y con una recuperación del crecimiento y el empleo tras la llamada ‘gran recesión’ que heredó de George W. Bush, Trump supo canalizar las ansiedades y la desigualdad, ambas en muy alto nivel, para decantar con su mensaje económico la elección a su favor en estados clave, que fueron a la postre decisivos para su triunfo.

Con todo, el peso político y en la opinión pública de las afirmaciones de Trump en materia económica no necesariamente se corresponde con su capacidad efectiva de acción al respecto. Como se comenta en The Upshot de The New York Times, los presidentes, aunque voluntariosos, tienen con frecuencia mucho menos control sobre la economía estadounidense de lo que se supone y se ofrece durante las campañas. Así, la capacidad de acción de la Casa Blanca en materia económica depende en buena medida, según el citado artículo, de los ciclos económicos y carece de control sobre importantes factores como la demografía y la innovación tecnológica (como la automatización de muchos procesos y servicios), que transforman los mercados y las dinámicas económicas.

Por ejemplo, el gobierno de Ronald Reagan, venerado por los conservadores, heredó al de George Bush Sr. una economía al alza, pero cuatro años después los ciclos económicos se revirtieron y Bill Clinton ganó en buena medida por la percepción de que la economía estaba en problemas. Bush hijo, por su parte, recibió una economía en buenas condiciones y, en cambio, le legó a Obama una situación desastrosa.

Ahora Trump recibe una economía sustancialmente mejor que la que existía en 2009, lo que ciertamente es auspicioso, aunque hay quien afirma que el ciclo actual estaría llegando a su tope y, por ello, podría registrarse una baja económica en el futuro cercano.

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El consumo en EEUU ha mejorado, y aunque aún hay graves carencias y una fuerte desigualdad,
la capacidad de compra es un valor sustantivo para la población y su opinión del gobierno, (AP)


Otros factores importantes, y en los que un presidente tiene poco control, son el crecimiento de la fuerza laboral, muy reducido en la actualidad, y posibles drásticos vaivenes provenientes del extranjero. En el primero de los casos, dado el bajo crecimiento de la fuerza laboral estadounidense, políticas como la deportación a gran escala de indocumentados (quienes, aunque en la sombra, ocupan una parte significativa de la fuerza laboral) podrían tener efectos nocivos para la economía en general al retirar una gran cantidad de trabajadores que, pese a los discursos antiinmigrantes, no serían fácilmente reemplazados por locales. La política de Trump al respecto podría resultar nociva para la economía nacional.

Un área en la que el presidente tiene un margen de maniobra mayor, pero no indiscriminado, es el fiscal, sobre todo si, como en el presente caso, la Casa Blanca y el Congreso están bajo control del mismo partido. Pero que los republicanos dominen la Cámara y el Senado no necesariamente implica que se plegarán a los designios de Trump, quien por su parte ha expresado en ocasiones premisas ajenas al conservadurismo fiscal.

Sus críticos indican, por el contrario, que sus planteamientos de reducir impuestos favorecen primordialmente a los más ricos y, por ende, serían un factor adicional de desigualdad. Y si Trump crea incentivos sustanciales para la creación y mejora de infraestructura, ciertamente impulsaría la economía en el corto y mediano plazo, siempre que se haga de modo financiable y sin ahondar el ingente déficit, un balance que es complejo y controversial.

[CONTINUA EN LA SIGUIENTE ENTRADA -excede el máximo premitido]
 
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Al respecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó, de acuerdo a la televisora CBS, que la economía estadounidense podría verse favorecida con las propuestas de Trump pero añadió que si él desata una guerra comercial, la economía a escala global podría deteriorarse.

Pero dado a que en estos ámbitos todo está por verse, Trump tiene al menos en principio una oportunidad importante para, vía reducción de impuestos y otorgamiento de incentivos, conducir la economía nacional hasta donde los factores estructurales y políticos se lo permitan.

Eso en el entendido que el corsé de esos factores ha sido, con frecuencia, mucho más apretado que lo que los inquilinos de la Casa Blanca esperaban antes de su investidura.

En paralelo, el resultado de los cambios que un presidente emprende no es, para bien o para mal, inmediato y en ocasiones demora años en percibirse, a veces más allá del mandato de quien los inició, como resulta patente en el caso de Bush hijo y Obama. Esa es un arma de dos filos pues logros clave de una administración pueden quedar en la distancia (y el crédito acabar en manos de otro) o los efectos contraproducentes de una política pueden sentirse, igualmente, en el mediano plazo y por ello acabar golpeando más a la administración sucesora.

Por ello, en paralelo al debate sobre el alcance del poder presidencial en la economía está el que específicamente alude a los posibles desastres que un mandatario puede desatar con sus decisiones en la materia.

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Se ha alertado que si Trump desata guerras comerciales con otros países o regiones, podría
deteriorar la economía global, incluida la de EEUU. (Reuters)


Larry Summers, quien fue secretario del Tesoro en el gobierno de Bill Clinton, señaló en The Washington Post que aunque existe en el mundo empresarial la percepción de que la perspectiva pro negocios de Trump resulte positiva, muchas de sus posiciones en materia fiscal y de relaciones internacionales resultan incompatibles con la estabilidad y la convivencia necesarias para propiciar el desarrollo e incluso podrían resultar calamitosas.

Y finalmente, hay que considerar que, como se comenta en Forbes, a diferencia de los cinco presidentes anteriores, los planes de crecimiento económico de Trump no se basan en el liberalismo y la globalización sino en una suerte de populismo proteccionista.

Ese enfoque de Trump, ciertamente distinto, puede ser muy influyente y no solo en términos económicos sino geopolíticos. Por ello, en tanto comiencen a disiparse la incertidumbre y se den las primeras definiciones del gobierno de Trump comenzará a aclararse el panorama sobre sus alcances, repercusiones, oportunidades y amenazas. Y, en realidad, más allá de los antagonismos y de si Trump podrpa lograrlo, lo deseable es que el país pueda tener un crecimiento importante e incluyente, sustentable y con justicia.

El presidente ciertamente no lo puede todo, pero es una fuerza que pude transformar y alterar mucho. Que el resultado sea el publicitado o el deseado es otra cosa, y aún está por verse.


Fuente


Ustedes no hagan caso, es la prensa nociva, nefasta, tendenciosa y mentirosa, en un "intento de deslegitimar a este presidente desde el primer día".

Reince Priebus
Jefe de gabinete


¿Dónde he escuchado esa palabrita de EL PRESIDENTE LEGÍTIMO?
 
pues que se los cargue el payaso, antes que se inventen otro ataque terrorista u otra guerrita para sostener su economia y saquear a otros paises, esa es la verdad de su exitoso sistema , pinches asesinos
 
Pues ya se los está cargando EL PAYASO: Donald Trump :D:D:D:D

:D:D:Dya se tardo vladimir y el chino en bombardear todo estados unidos, o armar una coalicion entre varios paises que se la deben, alemania, japon, rusia, china, mexico, casi todo el mundo, que madriza le pondrian a los gringos, y que manden a mexico a sus mujeres de refugiadas :D:D
 
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