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Enrique Krauze contesta a Javier Sicilia

heavymeza

Bovino adicto
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18 Feb 2008
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624
Desterrar el odio

A Javier Sicilia, que sólo conoce el amor. Amparada en el anonimato, la intolerancia política está muy presente en los correos electrónicos, los blogs y las redes sociales, tan prodigiosas por lo demás. Está en la política editorial de algunas publicaciones, en no pocos articulistas y en los comentarios a las noticias en línea. Ha estado siempre en el discurso de un sector de la derecha clerical y caracteriza también a una corriente radical de la izquierda. Está en los conciliábulos del Yunque y los marchistas de siempre. En tiempos recientes, la intolerancia ha descendido un escalón: se ha convertido en odio.

Me atrevo a sostener que el odio no ha sido el motor principal en nuestros conflictos históricos. La Independencia no estalló debido al odio sino al resentimiento criollo, que es distinto. Si bien la Reforma tuvo en el inicio un elemento de odio por parte de la Iglesia, mientras la sangre no llegó al río, permaneció acotado a ese ámbito. Los liberales y los conservadores no se odiaban, pero un solo hecho de sangre (la matanza de Tacubaya, el 11 de abril de 1858) borró de la escena a los moderados y marcó el ascenso de los jacobinos. A raíz de esos hechos, los versos de Ignacio Ramírez destilarían odio e Ignacio Manuel Altamirano pediría la ejecución de los curas.
Porfirio Díaz fue objeto de recelo, rechazo, coraje, molestia, hartazgo, todo lo que se quiera pero no particularmente de odio. Aunque Huerta concitó el odio de muchos por derramar la sangre de un justo, a las fuerzas revolucionarias que disputaron el poder tras su caída no las movía el odio, ni siquiera la intolerancia, sino razones de toda índole, algunas elevadas, otras deleznables. A veces, se iban "a la bola" porque sí, o -como Demetrio, el personaje de Los de abajo- por motivos que él mismo ha olvidado.
No creo que el reinado del PRI se haya caracterizado por el odio. Fue siempre autoritario, pero no encuentro odio en él ni en sus opositores de izquierda, cuyos agravios eran, al fin y al cabo, terrenales y seculares. Entre la derecha cristera y sinarquista y el régimen revolucionario sí se reeditó, por momentos, el odio teológico del siglo XIX, como genialmente expresó López Velarde: Católicos de Pedro el Ermitaño / y jacobinos de la época terciaria. / (Y se odian los unos a los otros con buena fe).
"El odio no ha nacido en mí", declaró ominosamente Díaz Ordaz el 1 de septiembre, como señal clara del odio paranoico que lo llevaría a cometer el crimen de Tlatelolco. Ese hecho de sangre dejó una estela de profunda indignación que llevó a muchos jóvenes a la desesperación y al → Gobierno a la Guerra Sucia. Con todo, en las polémicas ideológicas de los ochenta y aun en el Neo zapatismo tampoco percibo odio. Los mexicanos -con todas nuestras diferencias- supimos enfrentar y sortear las sucesivas crisis sexenales con una tolerancia admirable y sin atisbos de odio.

Las cosas han cambiado mucho desde el año 2006. Hemos reincidido en los dos componentes históricos del odio: las querellas político-ideológicas (descendientes directas de las teológicas) y los ríos de sangre que han corrido y siguen corriendo por cuenta del crimen organizado. En el primer caso, el odio proviene directamente de la impugnación (injustificada, en mi opinión) que se hizo al resultado de aquellas elecciones. En el segundo, el odio proviene del rechazo a la actual política de seguridad. Ambos odios se dirigen contra el Gobierno pero también contra el vasto espectro que no comulga estrictamente con esas dos posiciones.
El odio es una pasión que daña y degrada sobre todo a quien lo siente. El odio es ciego, insondable, irracional, insaciable. Algo que compromete al alma entera. El odio es una forma extrema de la dependencia: vive fijo en su objeto. Por eso no crea, incendia. Y por eso importa desterrarlo de nuestra atmósfera moral. ¿Cómo?
En el caso del odio político-ideológico, la solución es extremadamente difícil, pero no imposible. Quienes lo ejercen (y padecen) tendrían que tender puentes de diálogo civilizado y respetuoso con quienes no piensan como ellos, con quienes no ven a México como un país dividido entre "puros" y "traidores". No bastan las abstractas declaraciones de amor. Tendrían que ponerlo en práctica con una propuesta de reconciliación nacional que llegue a las redes, a los blogs, a los sitios de Internet, a las páginas editoriales, a las mesas de redacción y a las conciencias.

Desterrar el odio generado por la violencia criminal es aún más difícil. Quienes impugnan la política de seguridad en su esencia (no sólo, como es mi caso, en su oportunidad y estrategia) han transferido hacia el Gobierno el repudio que debería dirigirse hacia los narcotraficantes (que son los verdaderos verdugos de esta historia). Ante la frustración, la impotencia, la tristeza que todos sentimos frente al poder del crimen sin rostro, muchos han buscado un responsable con rostro, un rostro a quién odiar, y lo encuentran en el Gobierno. Es comprensible, por cuanto el Gobierno debería ser el garante de la seguridad. Pero no es admisible diluir, relativizar u obviar la culpa originaria, la de los criminales.
Cegar en sus fuentes los ríos de sangre llevará mucho tiempo y una estrategia múltiple, complejísima y global. Pero aun en esa tarea, el odio (incluso hacia los criminales) es estéril. Toda nuestra atención debe centrarse en concebir ideas constructivas, inteligentes, novedosas para que en este país que alguna vez caracterizó la cortesía y la convivencia, el patriotismo y el amor (al terruño, a la Virgen, a la familia, a la bandera), se vuelva a respetar la vida humana.


http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/613970.html
 
Sí, a mí también me dan ganas de ponerle musiquita y enviarlo como presentación de power point.

A mí más que pena me da asco.
 
"Los mexicanos -con todas nuestras diferencias- supimos enfrentar y sortear las sucesivas crisis sexenales con una tolerancia admirable y sin atisbos de odio."

Hijo de la... hasta parece que se burla de la pasguatez del pueblo y aparte su retorica estupida de "el poder de no odiar" ,creo que el señor Javier Sicilia podria contestarle breve y concisamente con una mentada, por que realmente se la ganado.
 
Sí, a mí también me dan ganas de ponerle musiquita y enviarlo como presentación de power point.

A mí más que pena me da asco.

De hecho casi casi me imagine a Krauze sentado en un sillon casi llorando y con un violinista detras tocando una lastimera melodia ... una leida mas y me hubiera tenido que poner a dieta, vaya texto empalagoso y demagogico.

La joya de la corona:

Quienes impugnan la política de seguridad en su esencia (no sólo, como es mi caso, en su oportunidad y estrategia) han transferido hacia el Gobierno el repudio que debería dirigirse hacia los narcotraficantes (que son los verdaderos verdugos de esta historia). Ante la frustración, la impotencia, la tristeza que todos sentimos frente al poder del crimen sin rostro, muchos han buscado un responsable con rostro, un rostro a quién odiar, y lo encuentran en el Gobierno. Es comprensible, por cuanto el Gobierno debería ser el garante de la seguridad. Pero no es admisible diluir, relativizar u obviar la culpa originaria, la de los criminales.

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Enrique Krauze es buen historiador y buen redactor el problema es que trabaja para la televisora y dice lo que debe hacer y decir.
 
No podíamos esperar menos de uno de los mercenarios de la historia como lo es Krauze, pero como todo mal historiador olvida lo importante en la historia y aun mas en los conflictos históricos no es el odio, es los propios actores y los intereses de estos. En el mundo nada se mueve si no existe un interés detrás de cada acción, ya sea un interés económico, un interés altruista, un interés humano pero un interese después de todo no sentimentalismo a los que tiene que recurrir Krauze, como si estuviéramos viendo la rosa de Guadalupe o a la srita. Laura, que solo buscan manipular y errar las respuestas obvias.

O acaso ya olvido el sr. Krauze que aquellos que el califica como "los verdaderos verdugos de esta historia" también son mexicanos, también son humanos y si están donde están responde a causas mucho mayores que un odio desmedido contra la sociedad ..

Esas son patrañas, son escritos de un engañabobos que siempre ha servido bien a sus amos, que jamas ha logrado tener un pensamiento propio y hoy se burla del dolor de millones de mexicanos pero en especial del dolor de Javier Sicilia.
 
"Quien me hace una chaqueta" Dijo Calderón

Aqui la respuesta de Quique
 
que barbaro.... es increible lo agachon que es Krauze, ya se ha aventado varias.................
 
por fin palabras inteligentes , no motivadas por ideologia politica , esa que hace criticar este sabio texto , ojala mas mexicanos fueramos tan realistascomo el , y reconoscamos quien es el verdadero culpable .

Desterrar el odio generado por la violencia criminal es aún más difícil. Quienes impugnan la política de seguridad en su esencia (no sólo, como es mi caso, en su oportunidad y estrategia) han transferido hacia el Gobierno el repudio que debería dirigirse hacia los narcotraficantes (que son los verdaderos verdugos de esta historia). Ante la frustración, la impotencia, la tristeza que todos sentimos frente al poder del crimen sin rostro, muchos han buscado un responsable con rostro, un rostro a quién odiar, y lo encuentran en el Gobierno. Es comprensible, por cuanto el Gobierno debería ser el garante de la seguridad. Pero no es admisible diluir, relativizar u obviar la culpa originaria, la de los criminales.
 
Enrique Krauze es buen historiador y buen redactor el problema es que trabaja para la televisora y dice lo que debe hacer y decir.

No, lo que debe NO. Hace lo que le ordenan y éso es lo malo pues se malinterpreta todo o se aprecia de una manera totalmente diferente a como fue originalmente hecha.
 
por fin palabras inteligentes , no motivadas por ideologia politica , esa que hace criticar este sabio texto , ojala mas mexicanos fueramos tan realistascomo el , y reconoscamos quien es el verdadero culpable .

Desterrar el odio generado por la violencia criminal es aún más difícil. Quienes impugnan la política de seguridad en su esencia (no sólo, como es mi caso, en su oportunidad y estrategia) han transferido hacia el Gobierno el repudio que debería dirigirse hacia los narcotraficantes (que son los verdaderos verdugos de esta historia). Ante la frustración, la impotencia, la tristeza que todos sentimos frente al poder del crimen sin rostro, muchos han buscado un responsable con rostro, un rostro a quién odiar, y lo encuentran en el Gobierno. Es comprensible, por cuanto el Gobierno debería ser el garante de la seguridad. Pero no es admisible diluir, relativizar u obviar la culpa originaria, la de los criminales.

De ninguna forma, tergiversa las cosas, no es que se condone a los narcos de la responsabilidad que tienen en la barbarie que aqueja al país. Pero la guerra de Calderón ha propiciado un clima de impunidad y violencia que ha sido un caldo de cultivo fertil para el actuar de estos grupos. Ademas de que cada vez se desdibuja mas la diferencia entre narcos y el gobierno, si es que existe esa diferencia.

Y el Krauze se proyecta, uno no oida al proyecto, uno exige que cumpla con sus funciones y que si no puede que se abra. Aqui el unico que habla de odio es Krauze.

No se en que ambientes te muevas, pero al menos aqui en el subforo he visto que se critica la estrategia de Calderon, su menosprecio por los derechos humanos, su indolencia, la criminalización a priori de quien muere por balas, el cinismo de minimizar la situación, etc. Nadie dice que lo odia o que se debe morir, sino que no esta haciendo bien las cosas y que hace caso omiso de críticas y sugerencias.
 
El tal Enrique Krauze está más jodido de lo que pensé... pobrecito.

Edito para agregar/contestar algo a Enrique Krauze (y que ya puse en su respectivo hilo).

Indagan participación castrense en muerte de Sicilia, trasciende en SG

Ex militares y soldados en activo son los responsables del asesinato del hijo del poeta Javier Sicilia y de otras seis personas, habría expuesto el procurador general de Morelos, Pedro Luis Benítez, de acuerdo a una fuente no oficial.
Fabiola Martínez
Publicado: 05/04/2011 15:58
México, DF. El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, se reunió esta mañana en el Palacio de Covián con el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame.
El encuentro privado ocurre luego de que el procurador general de Justicia del estado, Pedro Luis Benítez Vélez, dijo —de acuerdo con una fuente no oficial— en una reunión con diputados locales y dirigentes estatales de partidos políticos que ex militares y soldados en activo son los responsables del asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, y de otras seis personas.
Para la Secretaría de Gobernación es “injusto, inapropiado e incorrecto” adjudicar a las víctimas del narcotráfico la calidad de “daños colaterales”, es decir, muertes durante enfrentamientos entre fuerzas federales y presuntos delincuentes.
El subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Juan Marcos Gutiérrez, aseveró que en México no se vive una guerra sucia y que los militares actúan en el marco del derecho y para coadyuvar en la lucha contra la delincuencia, en tanto se fortalecen las policías locales.
Del caso del joven Juan Francisco Sicilia, asesinado junto con otras personas en Morelos, pidió esperar el resultado de las indagatorias, aunque en principio aseveró que si fueron asesinados se debe a la actuación de delincuentes.
Respecto de las versiones que apuntan a posible homicidio a manos de militares, el subsecretario de Gobernación expresó: “Si hubo personas ejecutadas, entonces son víctimas. No hay que confundir los daños colaterales con las víctimas que merecen justicia y que ameritan la circunstancia de profundas investigaciones para dar con los responsables. Insisto en que no hay que confundir la colateralidad con el hecho de que tenemos víctimas inocentes que fallecen a manos de los criminales. Si un ex policía se convirtió en criminal, entonces no es más que eso, un criminal”.
 
Desterrar el odio

Toda nuestra atención debe centrarse en concebir ideas constructivas, inteligentes, novedosas para que en este país que alguna vez caracterizó la cortesía y la convivencia, el patriotismo y el amor (al terruño, a la Virgen, a la familia, a la bandera), se vuelva a respetar la vida humana.

Verga, como diciendo ¨callados, nos vemos más bonitos¨ como ¨eramos antes¨.

Al terruño?? Lo que nos hizo un país xenofobico en su mayoria y defender la colonia o la cuadra a sangre y fuego, ¨que nadie de fuera, se metiera con los nuestros¨

A la virgen?? que bonito es ver a Lucerito cantandole, las mañanitas, a la milagrosa, no importa que tan jodido esté, ella nos ayudara, todos Mexico rezandole y cantandole, explotar su imagen, hasta más no poder. México siempre fiel.

A la familia?? con la mayoría de familias disfuncionales, antes no habia divorcios pero cuantas golpizas y discriminaciones y más etc, etc, se chutaban las valerosas madres de México siempre, al pie del cañon.

A la bandera?? Todos cantando el himno en los mundiales, juegos olimpicos, la noche del grito, como escribiera Octavio Paz: Gritar toda una noche para callar el resto del año.
 
Que más nos queda si no opinar?? porque la verdad tenemos miedo de actuar... "estamos dejando que se maten alla afuera" incluyendo nuestros seres queridos... en vez de estar leyendo u opinando lo ideal sería actuando, por que no?? empecemos con nuestras familias... démosle la atención que merecen a nuestros hijos y más que eso, porque ahí radica el verdadero problema que hoy en día se ha acrecentado a pasos gigantescos...

No es por menospreciar, pero... ¿por qué tanto ruido por el hijo de un personaje público? (llámese escritor, artitsta, poítico, etc. etc.) si todos "somo iguales" segun la democracia de nuestro amado país... ¿por qué no luchar y esclarecer todos y cada uno de los crímenes? que tristeza me da... pero en fin... yo en mi casa haré más de lo que pueda.

Saludos.
 
Desterrar el odio

A Javier Sicilia, que sólo conoce el amor. Amparada en el anonimato, la intolerancia política está muy presente en los correos electrónicos, los blogs y las redes sociales, tan prodigiosas por lo demás. Está en la política editorial de algunas publicaciones, en no pocos articulistas y en los comentarios a las noticias en línea. Ha estado siempre en el discurso de un sector de la derecha clerical y caracteriza también a una corriente radical de la izquierda. Está en los conciliábulos del Yunque y los marchistas de siempre. En tiempos recientes, la intolerancia ha descendido un escalón: se ha convertido en odio.

Me atrevo a sostener que el odio no ha sido el motor principal en nuestros conflictos históricos. La Independencia no estalló debido al odio sino al resentimiento criollo, que es distinto. Si bien la Reforma tuvo en el inicio un elemento de odio por parte de la Iglesia, mientras la sangre no llegó al río, permaneció acotado a ese ámbito. Los liberales y los conservadores no se odiaban, pero un solo hecho de sangre (la matanza de Tacubaya, el 11 de abril de 1858) borró de la escena a los moderados y marcó el ascenso de los jacobinos. A raíz de esos hechos, los versos de Ignacio Ramírez destilarían odio e Ignacio Manuel Altamirano pediría la ejecución de los curas.
Porfirio Díaz fue objeto de recelo, rechazo, coraje, molestia, hartazgo, todo lo que se quiera pero no particularmente de odio. Aunque Huerta concitó el odio de muchos por derramar la sangre de un justo, a las fuerzas revolucionarias que disputaron el poder tras su caída no las movía el odio, ni siquiera la intolerancia, sino razones de toda índole, algunas elevadas, otras deleznables. A veces, se iban "a la bola" porque sí, o -como Demetrio, el personaje de Los de abajo- por motivos que él mismo ha olvidado.
No creo que el reinado del PRI se haya caracterizado por el odio. Fue siempre autoritario, pero no encuentro odio en él ni en sus opositores de izquierda, cuyos agravios eran, al fin y al cabo, terrenales y seculares. Entre la derecha cristera y sinarquista y el régimen revolucionario sí se reeditó, por momentos, el odio teológico del siglo XIX, como genialmente expresó López Velarde: Católicos de Pedro el Ermitaño / y jacobinos de la época terciaria. / (Y se odian los unos a los otros con buena fe).
"El odio no ha nacido en mí", declaró ominosamente Díaz Ordaz el 1 de septiembre, como señal clara del odio paranoico que lo llevaría a cometer el crimen de Tlatelolco. Ese hecho de sangre dejó una estela de profunda indignación que llevó a muchos jóvenes a la desesperación y al → Gobierno a la Guerra Sucia. Con todo, en las polémicas ideológicas de los ochenta y aun en el Neo zapatismo tampoco percibo odio. Los mexicanos -con todas nuestras diferencias- supimos enfrentar y sortear las sucesivas crisis sexenales con una tolerancia admirable y sin atisbos de odio.

Las cosas han cambiado mucho desde el año 2006. Hemos reincidido en los dos componentes históricos del odio: las querellas político-ideológicas (descendientes directas de las teológicas) y los ríos de sangre que han corrido y siguen corriendo por cuenta del crimen organizado. En el primer caso, el odio proviene directamente de la impugnación (injustificada, en mi opinión) que se hizo al resultado de aquellas elecciones. En el segundo, el odio proviene del rechazo a la actual política de seguridad. Ambos odios se dirigen contra el Gobierno pero también contra el vasto espectro que no comulga estrictamente con esas dos posiciones.
El odio es una pasión que daña y degrada sobre todo a quien lo siente. El odio es ciego, insondable, irracional, insaciable. Algo que compromete al alma entera. El odio es una forma extrema de la dependencia: vive fijo en su objeto. Por eso no crea, incendia. Y por eso importa desterrarlo de nuestra atmósfera moral. ¿Cómo?
En el caso del odio político-ideológico, la solución es extremadamente difícil, pero no imposible. Quienes lo ejercen (y padecen) tendrían que tender puentes de diálogo civilizado y respetuoso con quienes no piensan como ellos, con quienes no ven a México como un país dividido entre "puros" y "traidores". No bastan las abstractas declaraciones de amor. Tendrían que ponerlo en práctica con una propuesta de reconciliación nacional que llegue a las redes, a los blogs, a los sitios de Internet, a las páginas editoriales, a las mesas de redacción y a las conciencias.

Desterrar el odio generado por la violencia criminal es aún más difícil. Quienes impugnan la política de seguridad en su esencia (no sólo, como es mi caso, en su oportunidad y estrategia) han transferido hacia el Gobierno el repudio que debería dirigirse hacia los narcotraficantes (que son los verdaderos verdugos de esta historia). Ante la frustración, la impotencia, la tristeza que todos sentimos frente al poder del crimen sin rostro, muchos han buscado un responsable con rostro, un rostro a quién odiar, y lo encuentran en el Gobierno. Es comprensible, por cuanto el Gobierno debería ser el garante de la seguridad. Pero no es admisible diluir, relativizar u obviar la culpa originaria, la de los criminales.
Cegar en sus fuentes los ríos de sangre llevará mucho tiempo y una estrategia múltiple, complejísima y global. Pero aun en esa tarea, el odio (incluso hacia los criminales) es estéril. Toda nuestra atención debe centrarse en concebir ideas constructivas, inteligentes, novedosas para que en este país que alguna vez caracterizó la cortesía y la convivencia, el patriotismo y el amor (al terruño, a la Virgen, a la familia, a la bandera), se vuelva a respetar la vida humana.


http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/613970.html

:guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara::guacara:
 
por fin palabras inteligentes , no motivadas por ideologia politica , esa que hace criticar este sabio texto , ojala mas mexicanos fueramos tan realistascomo el , y reconoscamos quien es el verdadero culpable .

.

Jajajajajajajajajajajajajajajaja... (infinito)

Hace mucho que no me reía de ésta manera, me cae mods. debería haber un sub foro de "cómicos involuntarios" ya tenemos quorum!! :vientos:
 
Ese pseudo intelectual de Krauze siempre comprometido con lo que le dicta la derecha
 
De hecho casi casi me imagine a Krauze sentado en un sillon casi llorando y con un violinista detras tocando una lastimera melodia ... una leida mas y me hubiera tenido que poner a dieta, vaya texto empalagoso y demagogico.

Yo me lo imagino tratándo de cerrar a ladridos una puerta que le queda grande, muy grande pero que como buen can para eso está ahí, para ladrar, no para morder pues nunca tuvo dientes, solo para ladrar.

Pobre tipo que pena da.


por fin palabras inteligentes , no motivadas por ideologia politica , esa que hace criticar este sabio texto , ojala mas mexicanos fueramos tan realistascomo el , y reconoscamos quien es el verdadero culpable .


Krauze, el gobierno y las oligarquías tienen miedo a que acontecimientos como este baño de sangre se les salga de control y lo han mandado a que haga lo que sabe y para lo que se le paga, escribir textos pseudo moralizantes y falsos en sus motivos pues los objetivos de sus escritos son los mismos que los de los spots gubernamentales: adormecer a los atolondrados y desvíar la discusión de lo verdaderamente central de este sexenio, un monumental fracaso por seguir las instrucciones y desvaríos de un tipo como Felipe de Jesús. Desiciones erradas todas, mediocres todas, impunes todas.


Que más nos queda si no opinar??

Es un derecho garantizado por la constitución. A poco ahora ni eso se puede?


porque la verdad tenemos miedo de actuar...

Tendrás miedo tú, por favor no nos incluyas en tus pavores, gracias.

Por qué te pido que hables por tí y sólo por tí?

Porque dudo que conozcas siquiera a la mitad de las personas que hemos partidicipado en este hilo como para que digas que tenemos "miedo de actuar" (lo que sea que eso signifique) o que no estamos haciendo nada.

en vez de estar leyendo u opinando lo ideal sería actuando,

No.

Lo ideal es que entendamos el por qué y el para qué de las cosas y qué crees? Leer es un buen método de entender porque por cierto y ya encarrerados esa es una de las cosas que le hemos criticado por años a Calderón, es no entender en qué boleto nos estaba embarcando y qué crees? pues que incluso él mismo ha reconocido que no tenía idea real de cómo estban las cosas en cuanto a su guerra que no es guerra pero que si parece guerra.

Así que no es inocuo o vano el ejercicio de leer y participar en estos temas pues puede ayudar a entender bien a bien las cosas y entonces, y sólo entonces, lo que se decida hacer tendrá buen sustento y soporte y no como lo hace Felipe, a lo pendejo le llaman en mi rancho.

No es por menospreciar, pero... ¿por qué tanto ruido por el hijo de un personaje público? (llámese escritor, artitsta, poítico, etc. etc.) si todos "somo iguales" segun la democracia de nuestro amado país... ¿por qué no luchar y esclarecer todos y cada uno de los crímenes? que tristeza me da... pero en fin... yo en mi casa haré más de lo que pueda.

Saludos.

Perfecto, aunque supongo que no es tu intención mostrarte insensible ni mucho menos, creo que la última linea de tu post resulta impecable.

Suerte.
 
Para que contesta Calde-Drink si ya tiene a sus lambe botas que lo hacen por el y faltan los de tercer legrado para unirse a su fiesta privada, que poca madre tiene este seudo intelectual, es una vil burla a la indignación, rabía, impotencia y tristeza de Javier Sicilia exactamente de estos tipos estamos hasta la madre como el poeta y periodista menciono en su carta.
 
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