grekomaster
Bovino adicto
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Una loca se divertía corriendo en su silla de ruedas a lo largo y ancho del pasillo de un manicomio, imitando ruidos de auto de carreras.
De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
- Disculpe señorita, pero excedía usted el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
La loca se pone a buscar en su bata y saca un boleto viejo del metro. El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir.
La loca prende su veloz auto y arranca de nuevo a toda velocidad y al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo.
Vuelve a detenerla y dice:
- Disculpe señorita, pero he visto como pasaba la doble línea continua. ¿Le importaría mostrarme su tarjeta de circulación?
La loca revuelve otra vez en sus bolsillos y le entrega una envoltura de chicles. El loco comprueba que los papeles están en regla,
vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.
La loca se lanza de nuevo a toda velocidad por los pasillos. Y, al volver a pasar por el mismo sitio, el mismo loco sale por tercera vez de su habitación,
pero ahora totalmente desnudo y con el pene completamente erecto.
La loca lo ve y exclama molesta:
- ¡Ay, no me jodas...! ¿Otra vez el Alcoholímetro?
De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
- Disculpe señorita, pero excedía usted el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
La loca se pone a buscar en su bata y saca un boleto viejo del metro. El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir.
La loca prende su veloz auto y arranca de nuevo a toda velocidad y al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo.
Vuelve a detenerla y dice:
- Disculpe señorita, pero he visto como pasaba la doble línea continua. ¿Le importaría mostrarme su tarjeta de circulación?
La loca revuelve otra vez en sus bolsillos y le entrega una envoltura de chicles. El loco comprueba que los papeles están en regla,
vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.
La loca se lanza de nuevo a toda velocidad por los pasillos. Y, al volver a pasar por el mismo sitio, el mismo loco sale por tercera vez de su habitación,
pero ahora totalmente desnudo y con el pene completamente erecto.
La loca lo ve y exclama molesta:
- ¡Ay, no me jodas...! ¿Otra vez el Alcoholímetro?