La verdad, yo no encuentro mucha diferencia entre este niño, y los niños soldados que se reclutan en Uganda, Somalia, el Congo, y en muchos otros países. 
Aquí esta un texto de amnistía internacional al respecto:
Un niño o niña                   soldado es cualquier                   persona menor de 18 años que forma parte de cualquier                   tipo de fuerza o movimiento armado, ya sea regular o irregular,                   en cualquier condición, incluyendo pero no limitado                   a, cocineros, porteros, mensajeros y cualquier otra persona                   que acompañe a dichos grupos y no sea solamente un familiar 
               Reclutar niños y niñas soldado                   es una práctica habitual en el seno de muchos conflictos                   en todo el mundo. En algunos, años y años de                   guerra han agotado a los adultos en edad de combatir: sólo                   quedan niños. Los niños sirven para todo en tiempo                   de guerra: combaten, cocinan, acarrean agua, actúan                   como señuelos, mensajeros o espías. 
                Estos niños y niñas han sido secuestrados                   en la calle, sacados de las aulas o campos de refugiados. Otros                   muchos son forzados a salir de sus casas a punta de pistola,                   mientras juegan cerca de casa o caminan por la carretera. Algunos                   niños 
se han unido de forma “voluntaria” ante                   la desintegración de las familias a causa del conflicto,                   las condiciones de pobreza y el desplome de servicios sociales               básicos. 
Fuente: 
http://www.es.amnesty.org/camps/ns/
Y para los que preguntan, ¿qué se puede hacer con él?
La respuesta es rehabilitarlo, llevarlo a través de un proceso de terapia, para que le sea posible recuperar  su infancia.
                                 Cuando termina un conflicto bélico, los niños soldados se  quedan doblemente huérfanos: tras haber perdido a sus familias, pierden  también su unidad militar y su ocupación como soldados. De ahí la  importancia de los procesos de desarme, desmovilización y reintegración  (DDR) para que una sociedad pueda transitar del conflicto a la paz y al  desarrollo. Si no contiene un programa de DDR correctamente definido  para proteger a los niños, la Paz puede ser una amenaza para estos que  corren el riesgo de ser reclutados nuevamente.
 Es fundamental que los acuerdos de paz reconozcan la existencia de  niños y niñas soldados y prevean las medidas necesarias para su  desmovilización, rehabilitación y reinserción, sin embargo hasta hace  poco se prestaba poca atención a las necesidades especiales de  protección de los niños y niñas en este proceso.
 Los DDR deben atender, al menos, los siguientes puntos: necesidades  básicas, reunificación familiar, asesoría y atención psicológica,  enseñanza y formación profesional y educación para la paz.
 Por otro lado los DDR deben incluir a todos los vinculados con el  conflicto, no únicamente a aquellos que portan un arma. Muchos no tienen  acceso a estos programas porque en el momento de la desmovilización se  han convertido en adultos. Las niñas también aquí ven como se les  excluye, con el agravante de que muchas de ellas son rechazadas por su  comunidad por la explotación sexual que pueden haber sufrido.
Fuente: 
http://www.menoressoldados.org/enprofundidad/ninos-soldado/desmovilizacion/