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Bovino Milenario
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El Premier italiano negó que haya tenido relaciones sexuales con la joven Ruby de 17 años.
Foto: Archivo
El juicio está programado para comenzar el 6 de abril

AP

Roma, Italia (15 febrero 2011).- La jueza de Milán Cristina Di Censo decidió, tras analizar las pruebas de la fiscalía, permitir que el Premier italiano Silvio Berlusconi sea juzgado por el "rito inmediato" por supuesto delito de incitación a la prostitución infantil y abuso de poder.
El proceso, autorizado por Di Censo, que empezará el 6 de abril, se permite cuando hay pruebas evidentes contra el acusado, como el escándalo de Karima El Mahroug, "Ruby Robacorazones", la joven marroquí que participó en fiestas de Berlusconi siendo menor.
El juicio se llevará a cabo ante un tribunal compuesto por tres fiscales mujeres, estableció Di Censo, quien, de esta manera, dio credibilidad al informe de casi mil páginas presentado por lda Boccassini, Pietro Forno y Antonio Sangermano, los magistrados de fiscalía de Milán encargados de la investigación contra Berlusconi.
Las acusaciones contra el Premier se refieren, en el caso del delito de abuso de poder, a una llamada telefónica realizada el 27 de mayo por Berlusconi a un puesto de la Policía de Milán, para que liberaran a Ruby, tras ser detenida por un pequeño robo.
En este caso, según los fiscales, el Mandatario habría presionado a tres agentes alegando que la joven era sobrina del entonces Presidente egipcio, Hosni Mubarak.
En cuanto a la acusación por incitación a la prostitución infantil, los fiscales alegan que Ruby habría asistido a fiestas en mansiones de Berlusconi cuando tenía 17 años, lo que podría significar una pena de hasta tres años de prisión para el Premier Italiano.
Los delitos que le imputan a Berlusconi están relacionados, pues la hipótesis de la Fiscalía es que Berlusconi habría liberado a Ruby por miedo a que revelara que se había prostituido en su mansión siendo menor.
Luego que se difundiera la noticia, Berlusconi, que era esperado en una conferencia de prensa en Catania, en el sur del país, regresó inmediatamente a Roma para encontrarse con sus abogados y se negó a hacer declaraciones a periodistas.
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