frafraa
Bovino maduro
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En lugar de un cabrón que llegara tronante diciendo “¡¡¡el que viene después de mí los bautizará con fuego, hijos de María Morales!!!; ¡¡¡yo apenas con agua!!!” y, es más, “¡¡¡ni siquiera soy digno de atarle los cordones de su calzado!!!”, cual moderno Juan Bautista que, blandiendo su cayado, anunciara el evangelio tricolor y la venida de su candidato presidencial, Humberto Moreira, el carismático ex gobernador de Coahuila y nuevo pastor del PRI, ni se despeinó para decir, sin chispa en Querétaro, que les faltan nueve meses, como si fuera ‘parto’, para ungir a su hombre-carta para el 2012.
Al grado llega el desgaste del profesor Moreira, que ya anda anunciado que reforzará su Comité Ejecutivo Nacional nada menos que con el veracruzano Fidel Herrera, un cartucho más quemado que las instalaciones de lo que fue el antro ‘Lobombo’ de la ciudad de México y que hoy son instalaciones del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Decepciona de tal manera el bailador dirigente al respetable público, porque a ese paso, en unas semanas estará incorporando a la dirigencia tricolor a Ulises Ruiz y al ex gober precioso de Puebla, Mario Marín, para ‘revolucionar’ las filas del Revolucionario Institucional y afilar sus armas para la batalla electoral que viene en poco más de un año.
¿Y de esa forma quiere cambiar la faz, el destino y la realidad de nuestro México lindo y querido? ¡No profesor! ¡Así no se puede!
Me da la impresión que Moreira ya perdió la brújula y el piso y empieza a actuar como sumo pontífice, seguro de su designio divino y de su infalibilidad.
Corre el riesgo de convertirse en un dirigente sin dientes o estatua de sal.
Alguien le tiene que advertir que del plato a la boca se cae el bocado y que recuerde a Madrazo, quien hace seis años proclamaba que el PRI ya tenía medio cuerpo metido en Los Pinos, pero al parecer se lo cercenaron porque en 2006 quedó en tercer lugar en una carrera en la que se pudo tomar atajos.
México necesita más que caras bonitas: un sólido programa de desarrollo que incluya a todos, para que tenga consenso y que ataque la terrible desigualdad, la impunidad y los abusos de poder que nos atosigan y que en Egipto, Túnez y Libia ya provocaron revoluciones que tiraron gobiernos ineficientes.
Que Moreira y el PRI recuerden que no han ganado la elección presidencial, para la que falta un año y cinco meses y que actúen en consecuencia, como verdaderos impulsores de un cambio que urge.
Por los demás, y por el bien de todos, le deseamos éxito como nuevo dirigente del tricolor y le recordamos que los partidos políticos son entidades de interés público, por lo que está obligado a devolver a la política un poco de su esencia.
Muchos gobernadores priístas se han beneficiado del poder y en el poder como pequeños Al Kadafis.
Es hora de que retribuyan algo a la gente que ha perdido la confianza.
Tomado de la Revista Filos.mx
Al grado llega el desgaste del profesor Moreira, que ya anda anunciado que reforzará su Comité Ejecutivo Nacional nada menos que con el veracruzano Fidel Herrera, un cartucho más quemado que las instalaciones de lo que fue el antro ‘Lobombo’ de la ciudad de México y que hoy son instalaciones del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Decepciona de tal manera el bailador dirigente al respetable público, porque a ese paso, en unas semanas estará incorporando a la dirigencia tricolor a Ulises Ruiz y al ex gober precioso de Puebla, Mario Marín, para ‘revolucionar’ las filas del Revolucionario Institucional y afilar sus armas para la batalla electoral que viene en poco más de un año.
¿Y de esa forma quiere cambiar la faz, el destino y la realidad de nuestro México lindo y querido? ¡No profesor! ¡Así no se puede!
Me da la impresión que Moreira ya perdió la brújula y el piso y empieza a actuar como sumo pontífice, seguro de su designio divino y de su infalibilidad.
Corre el riesgo de convertirse en un dirigente sin dientes o estatua de sal.
Alguien le tiene que advertir que del plato a la boca se cae el bocado y que recuerde a Madrazo, quien hace seis años proclamaba que el PRI ya tenía medio cuerpo metido en Los Pinos, pero al parecer se lo cercenaron porque en 2006 quedó en tercer lugar en una carrera en la que se pudo tomar atajos.
México necesita más que caras bonitas: un sólido programa de desarrollo que incluya a todos, para que tenga consenso y que ataque la terrible desigualdad, la impunidad y los abusos de poder que nos atosigan y que en Egipto, Túnez y Libia ya provocaron revoluciones que tiraron gobiernos ineficientes.
Que Moreira y el PRI recuerden que no han ganado la elección presidencial, para la que falta un año y cinco meses y que actúen en consecuencia, como verdaderos impulsores de un cambio que urge.
Por los demás, y por el bien de todos, le deseamos éxito como nuevo dirigente del tricolor y le recordamos que los partidos políticos son entidades de interés público, por lo que está obligado a devolver a la política un poco de su esencia.
Muchos gobernadores priístas se han beneficiado del poder y en el poder como pequeños Al Kadafis.
Es hora de que retribuyan algo a la gente que ha perdido la confianza.
Tomado de la Revista Filos.mx