El fundador de los Boy Scouts, lord Baden-Powell, mantuvo
contactos con representantes de Adolf Hitler dos años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial para
hablar de una posible alianza entre su organización y las juventudes hitlerianas.
Según recoge hoy la prensa británica, documentos desclasificados por el MI5, (
agencia de contraespionaje del Reino Unido), indican que los encuentros entre Baden-Powell y el embajador alemán en Londres, Joachim von Ribberntrop, provocaron alarma entre las autoridades.
Las fuerzas del orden habían detectado un repentino incremento de
excursiones ciclo-turísticas al Reino Unido de la juventudes hitlerianas, antisemitas que aspiraban a convertirse en “superhombres”.
El hecho obligó al contraespionaje a interesarse en sus actividades ante la sospecha de que recorrían el país con ayuda de los Scouts para reunir información sobre las infraestructura nacionales.
Los documentos secretos demuestran que Baden-Powell admiraba la ideología nazi y su movimiento juvenil, como dejó constancia en una nota interna redactada después de una visita en 1937 del alto dirigente Hartmann Lauterbacher.
En otra ocasión, después de cenar con el embajador Von Ribberntrop -considerado como el arquitecto de la política exterior de Hitler-, reflejó en una misiva su intención de acercar a ambas organizaciones como vía para mantener la paz entre las dos naciones.
Baden-Powell, quien consideraba "Mein Kampf" como un libro maravilloso, confirmó más adelante que el diplomático le había invitado a viajar a Berlín para mantener un encuentro con el propio Führer.
No obstante, los informes del MI5 revelan que el fundador de los Boy Scouts fue, en realidad, una víctima del doble juego de los alemanes.
Mientras en público Von Ribberntrop hablaba con entusiasmo de la gran alianza británico-alemana, en privado ya advertía a Hitler de que la guerra con Londres era inevitable.