Este relato es para todos aquellos que ocasionalmente les han hecho pasar un mal día y
necesitan desquitarse del que se las hizo.
Estaba sentado en mi escritorio cuando efectué una llamada telefónica y me contestó un tipo de mal genio.
¡QUÉ QUIERE!,
Le dije: 'Bueeeenaas, ¿podría...